En coherencia y armonía con el carácter de dinamizadora de la narrativa española que había tenido la editorial Destino en los años cuarenta y cincuenta ‒y muy particularmente a partir de la creación del Premio Nadal‒, la colección de bolsillo que empezó a publicar a partir de 1975 se inició con una fuertísima presencia de autores españoles, y con una relevancia además muy notable de un autor determinado, Francisco García Pavón (1919-1989), que comercialmente en aquellos tiempos era un valor seguro.
Destinolibro venía a sumarse a una pléyade de colecciones de libros en formato de bolsillo, siempre encuadernados en rústica, que estaban proliferando en esos años en España y transformando notablemente el panorama librero (entre otras cosas porque dejaban un margen de beneficio menor a los libreros): las Ediciones de Bolsillo de Enlace, los Fundamentos de Istmo y la Biblioteca Universal Caralt arrancan todas ellas en 1970, y del mismo 1975 son los Edibolsillos Paperback de Grijalbo, la Pocket Edhasa, la Bibliooteca Popular de Planeta y las Selecciones Austral, lo que da buena medida de la fuerza de esta tendencia.
Entre los veinte primeros números de Destinolibro solo cinco no son de autores españoles (los británicos Lobsang Rampa y Arthur Koestler, el alemán W. C. Ceram, el ruso Mijail Bulgákov y el canadiense Saul Bellow), y tres de estos números corresponden a obras de García-Pavón: Las hermanas coloradas (núm. 1), El rapto de las sabinas (n. 3) y Nuevas historias de Plinio (n. 6), mientras que aparece con dos obras Ramón J. Sender (1901-1982): El rey y la reina (n. 5) y Réquiem por un campesino español (núm. 15), a las que se añade como número 21 Carolus Rex. El resto de escritores representados en estos primeros veinte títulos de la colección constituyen poco menos que la nómina de inevitables en cualquier panorámica seria sobre la narrativa española de la postguerra: Camilo José Cela, Miguel Delibes, Carmen Laforet, Carmen Martín Gaite, Ana María Matute, Rafael Sánchez Ferlosio, Gonzalo Torrente Ballester…
Se da la casualidad de que Francisco García Pavón (1919-1989) se había estrenado como narrador con una novela que quedó finalista del entonces recién creado Premio Nadal (con Cerca de Oviedo, 1946), que ganaría muchos años después con Las hermanas coloradas (1969). Cuando arrancó Destinolibro, García Pavón no era solo un conocidísimo cultivador de novela policíaca y autor de algunas influyentes obras sobre teatro, sino que además tenía una muy controvertida trayectoria al frente de lo que se ha dado en llamar la tercera etapa de Taurus (antes de la entrada de Jesús Aguirre, es decir, cuando esta editorial era, básicamente, propiedad del Banco Ibérico y puso a José María Jove como consejero delegado y a García Pavón como director, que lo fue entre 1960 y 1970).
Con el tiempo, y no mucho, Destinolibro llegó a los cien primeros títulos (marcó ese hito en 1980 la edición de El camino, de Delibes) habiendo conformado un catálogo en el que seguían predominando y ampliando su presencia con otros títulos autores muy estrechamente asociados a Destino, y a ellos se añadían otros tan diversos como Jesús Fernández Santos, Francisco Umbral, Armando López Salinas, Álvaro Cunqueiro, Dolores Medio o incluso otros relativamente inesperables, como el muy planetario José Mª Gironella (con Un hombre como número 91) o Ramón Gómez de la Serna (con el Museo de reproducciones, número 97).
En esos mismos años, algunos de estos títulos (caso del Réquiem de Sender, la Nada de Laforet o las Cinco horas con Mario de Delibes) empezaron a convertirse en lecturas frecuentes en los planes de estudio en la enseñanza secundaria y/o universitaria, lo cual, tratándose de libros de precio muy ajustado, explica muy bien el extraordinario éxito de algunos de ellos. Y es lógico también que a partir de esta colección naciera la colección Clásicos Contemporáneos Comentados (que en cierto modo competía con la colección de Cátedra), que se estrenó en 1995 con Cinco horas con Mario comentado por Antonio Vilanova, acompañado en los números sucesivos por Nada (preparada por Rosa Navarro Durán), El camino (comentado por Marisa Sotelo Vázquez), La familia de Pascual Duarte (por Adolfo Sotelo Vázquez) y Rebelión en la granja (en la traducción de Rafael Abella y comentada por Rosa González). A decir de Sergio Vila-Sanjuán en Pasando página, en junio de 2002 de El camino, por ejemplo, se habían vendido más de 185.000 ejemplares en ediciones de bolsillo, casi 170.000 de Las ratas y poco menos de 589.000 de Cinco horas con Mario.
Sin embargo, aunque siempre predominaron los autores españoles, los traducidos eran todos ellos muy reconocibles también: George Orwell, Arthur Koestler, Thomas Mann, Virginia Woolf, Saul Bellow…
En cuanto al formato y el aspecto exterior, los Destinolibros eran pequeños y manejables libros de 11 x 14 encuadernados en rústica y, en lo que se refiere al diseño de las cubiertas, según la aproximada descripción de Sánchez Vigil:
La colección se caracterizó por una franja central en un solo color, donde se insertaba una ilustración de línea flanqueada por dos espacios blancos, en el superior el autor y el título con tipografía en caja baja y un cuerpo grande, y en el inferior la editorial y el número. En la contra se daban datos biográficos de los autores.
El diseño de las cubiertas corrió a cargo inicialmente del impresor y pintor Erwin Bechtold (n. 1925), quien además de haber renovado la imagen de Luis Miracle Editor había sido el creador del programa de estilo gráfico de la revista Destino, del diseño de la tipografía corporativa de la editorial y de una colección tan emblemática y exitosa como Áncora & Delfín (además de haber diseñado innumerables cubiertas para esta misma colección). Con el tiempo, quizá por razones completamente distintas (estricto mantenimiento de una misma estructura muy marcada y fidelidad a una misma tipografía, como en Tusquets o Anagrama) se convirtió en una poderosísima referencia visual de la colección del mismo modo en que lo habían hecho los diseños de Daniel Gil con los Libro de Bolsillo de Alianza Editorial, y también acabaría por experimentar cambios en el diseño antes de desaparecer. Ya en el siglo XXI una editorial que ‒al igual que Destino en su momento‒ hace gala de su voluntad de descubrir a nuevos autores españoles como es Sloper se inspiró muy directamente en esos diseños prístinos de Bechtold.
Fuentes:
AA.VV. Taurus. Cincuenta años de una editorial (1954-2004), Madrid, Santillana, 2004.
Teresa Galarza, «Editar en tiempos revueltos: Sloper», Jotdown (diciembre 2021).
Emilio Gil, «Bechtold «Destino» Barcelona», Pioneros Gráficos. Diseño gráfico español 1939-1975, 2 de septiembre de 2015.
Christine Rivalan Guégo, «Formas y formatos. El libro de bolsillo», en Jesús A. Martínez Martín, ed., Historia de la edición en España 1939-1975, Madrid, Marial Pons, 2015, pp. 473- 519.
Juan Miguel Sánchez Vigil, coord., La cultura en el bolsillo. Historia del libro de bolsillo en España, Gijón, Trea, 2018.