La órbita de los Libros del Asteroide

Vistos retrospectivamente, una de las cosas que asombran de la media docena de títulos con que en 2005 se dio a conocer la editorial española Libros del Asteroide es la reputación y prestigio de los traductores con los que colaboró desde el primer momento: A la caza del amor, de Nacy Mitford (1904-1973) la tradujo Ana Alcaina (y la prologó el escritor José Carlos Llop); En busca del barón Corvo de A. J. A. Symons (1900-1941), apareció en la traducción de Jordi Beltrán ya publicada en 1982 en la Biblioteca Breve de Seix Barral; Los inquilinos de Moonbloom de Edward Lewis Wallant (19261-962), Miguel Martínez-Lage (1961-2011; reputado traductor de La vida de Samuel Johnson y de obras de Poe, Conrad, Faulkner y Beckett, entre otros) y con prólogo de Rodrigo Fresán; de la traducción de Dos inglesas y el amor de Henri Pierre Roché (1879-1959) se ocupó Carlos Manzano (conocido sobre todo por sus versiones de Proust, Céline, Joyce o Lowry, entre otros) y la prólogo el escritor y editor Antoni Marí; Historias de Pekin de David Kidd (1926-1996), Marta Alcaraz (traductora de un David Copperfield en Alba y luego habitual en Asteroide) y prologado por el sinólogo Manuel Ollé, y Suaves caen las palabras de Lalla Romano (1906-2001), de nuevo por Carlos Manzano y con prólogo de la narradora y ensayista Soledad Puértolas (hoy en la RAE).

Aun interpretándolo como un guiño malicioso a Planeta (editorial en la que trabajó en Planeta Actimedia y luego en márketing entre el año 2000 y el 2004), el nombre de la editorial que acababa de montar Luis Solano no pareció especialmente atractivo en ese momento, y los diseños de cubierta de sus libros obra del espléndido Enric Jardí (más tarde le sustituiría Jordi Duró), a dos tintas y combinando el tipo sabon con la más moderna gotham, aún no habían tenido tiempo de imponerse como una marca de la casa. En cambio, sí fue percibida enseguida como una editorial con vocación de recuperar libros o autores reputados en su momento que o bien habían pasado desapercibidos y ya no estaban disponibles en español o bien jamás habían sido traducidos; y también resultaba evidente que era una editorial que prestaba mucha atención a la forma de los libros.

Esto pesaría en la concesión ya en 2006 del Premio a la Mejor Labor Editorial que por entonces concedía el desaparecido programa televisivo Qwerty, pero el salto de crecimiento de Libros del Asteroide llegaría y se confirmaría de modo más ruidoso con el inicio de la trilogía Depford, de Robertson Davis (1913-2013) con El quinto en discordia (2006), curiosamente traducida por una profesional vinculada sobre todo a la fantasía y a la ciencia ficción y luego correctora de estilo de todo lo que tiene que ver con Juego de tronos, Natalia Cervera (y lo prologó Valentí Puig). La novela de Davis se llevó el premio concedido anualmente por los libreros catalanes a la mejor novela traducida y con tal motivo escribía Enrique Murillo en las páginas de El País:

Al igual que Periférica, Minúscula o Global Rythm Press, Asteroide forma parte de una generación de nuevos editores que están demostrando que el hueco editorial que dejan tanto los grandes grupos como los grandes sellos independientes es enorme. […] Solano y sus colegas de la nueva edición independiente son sobre todo vocacionales, no se juegan el dinero de un accionista invisible sino el suyo propio, hacen los libros de uno en uno y resucitan la mejor tradición editorial barcelonesa, la que en décadas diversas encarnaron José Janés, Carlos Barral, Beatriz de Moura o Rosa Regàs.

Además de esta consagración en las páginas de uno de los periódicos españoles más leídos, en aquel momento los parabienes le llegaban a Libros del Asteroide de todas partes: la crítica literaria más influyente, los libreros de referencia, los colegas editores más reputados, además de los lectores, que convirtieron varios de esos títulos iniciales en éxitos de venta notables (y en algunos casos imprevistos por completo).

En 2007 apareció en Libros del Asteroide un libro que desconcertó un poco en relación a lo publicado hasta entonces, pero no tanto por ser narrativa periodística sino sobre todo por tratarse de un autor español: El maestro Juan Martínez que estuvo allí, de Manuel Chaves Nogales (1897-1944), con prólogo de Andrés Trapiello. En los años noventa, Chaves Nogales había sido objeto de un cierto proceso de recuperación en el que tuvieron un papel tanto la colección El Libro de Bolsillo de Alianza Editorial, la editorial Espasa (que reeditó A sangre y fuego, cuya primera edición era de 1937 en la chilena Ercilla) o la editorial Clan, como algunas instituciones (y en particular la Fundación Luis Cernuda, que publicó en 1993 un volumen titulado inexactamente Obra narrativa completa). Este proceso prosiguió en los primeros años del siglo XXI, con ediciones importantes en Espasa (que reeditó A sangre y fuego en 2001 y 2006), Alianza y Espuela de Plata, sobre todo, y Libros del Asteroide se añadió a él con mucho convencimiento, publicando hasta cinco títulos (al que podría añadirse Tres periodistas en la revolución de Asturias, con José Díaz Fernández y Josep Pla) y, con el apoyo de la Diputación de Sevilla ‒aun cuando Solano nunca quiso ayuda institucional para publicar en catalán‒, una edición de Ignacio F- Garmendia de lo que hasta entonces se tenía por la obra completa de Chaves Nogales, prologada por dos de sus más conocidos valedores, Andrés Trapiello y Antonio Muñoz Molina.

Libros del Asteroide ha hecho de la edición de autores más que de novelas una de sus marcas de identidad (Robertson Davies, Maggie O`Farrell, Per Petterson, Jay McInerney, Nikolas Butler, Peter Cameron…), y progresivamente fue abriéndose a escritores en lengua española, incluidos los de lenguas peninsulares como el gallego y el catalán, así como a autores vivos. E incluso, con el tiempo, primeras obras de autores noveles.

Menos constancia ‒cabe suponer que por la competencia de los colegas en ese mercado tan restringido‒ tuvo Libros del Asteroide en cuanto a la publicación en lengua catalana, si bien Dolors Udina tradujo a esa lengua a Nancy Mitford y Wallace Stegner y Jordi Nopca a William Maxwell y Jetta Carleton, a las que hay que añadir las de Carles Miró de Robertson Davies, Ferran Ràfols Gesa de William Kennedy y Carles Sants de José Mauro de Vasconcelos.

En un tiempo bastante breve, y en un momento en que los círculos literarios españoles (y en particular la prensa) miraban a priori la aparición de las oleadas de editoriales pequeñas con buenos ojos, Libros del Asteroide se consolidó con relativa rapidez como un referente entre los lectores curiosos. Y de ahí no parece que nada vaya a moverla.

Fuentes:

Natalia Alonso, «Entrevista a Luis Solano de Libros del Asteroide», Billar de Libros.

Jaume Claret, «Entrevista a Luis Solano», Política & prosa, núm. 41, 2 de marzo de 2022.

Tina García, «Entrevista a Luis Solano, editor (Libros del Asteroide)», ¡Ah! Magazine, 30 de noviembre de 2014.

Laura Guizán, «Luis Solano, el gallego que dio vida a Libros del Asteroide»,  21 de marzo de 2012.

Sofía González Gómez, «Semblanza de Libros del Asteroide (2005- )» Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes – Portal Editores y Editoriales Iberoamericanos (siglos XIX-XXI) – EDI-RED, 2006.

Raquel Jimeno, «Entrevista a Luis Solano (Libros del Asteroide)», Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes – Portal Editores y Editoriales Iberoamericanos (siglos XIX-XXI) – EDI-RED, 13 de marzo de 2015.

Enrique Murillo, «Pequeño gran editor», El País, 5 de diciembre de 2006.

Charo Ramos, «Luis Solano: “Todos los escritores que publicamos son una reivindicación», Diario de Sevilla, 12 de mayo de 2019.

Oriol Rodríguez, «Cómo lo hice. Libros del Asteroide», Forbes, 13 de junio de 2018.

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