El nombre de la barcelonesa Imprenta Altés está asociada a un buen número de libros de escritores que, de haber sido otro el resultado de la guerra civil española de 1936-1939, probablemente hubieran ocupado un puesto importante en el campo literario de los años cuarenta y cincuenta. Además de imprimir muchas revistas importantes del primer cuarto de siglo, la Altés se ocupó por ejemplo de los libros de la seminal colección La Branca: Jaume Agelet i Garriga (1888-1981), Ignasi Agustí(1913-1974) y Josep Sebastià Pons(1886-1962), de los primeros libros de Max Aub (1903-1972), de buena parte de la bibliografía de Josep M. López-Picó (1886-1959) y de J.V. Foix (1893-1987), del grueso de los Quaderns Literaris desde los que Josep Janés (1913-1959) impulsó la carrera de Pere Calders (1912-1994), Xavier Benguerel (1905-1990), Francesc Trabal (1899-1957) y Lluis Palazon i Beltran (1914-1953) entre otros muchísimos…
Sin embargo, para entonces la imprenta ya tenía a sus espaldas una larga trayectoria, que se remontaba a un año afortunado para la impresión catalana, 1885, durante el bienio liberal del general Baldomero Espartero. El luego célebre por sus impresiones ilustradas Fidel Giró i Brouil (1849-1926) arrancó su muy notable carrera ese mismo año, y también Francesc Altés i Alabart (1855-1926) encontró entonces en Francesc Bertran i Martín el socio adecuado para poner en marcha unos talleres de imprenta cuya primera sede estuvo en los bajos del número 6 bis de la hoy muy céntrica calle Pelayo y cuyo propósito era «toda clase de impresiones que no sean contrarias a la moral y buenas costumbres».
Hasta entonces, la experiencia de Altés se reducía a un aprendizaje en el seno de los servicios de imprenta de campaña del ejército carlista bajo la supervisión del impresor y litógrafo Joan Vilàs y, ya en Barcelona, completó su formación en la Llibreria i Tipografia Católica. Aun así, desde el primer momento su taller contó con el apoyo de una amplia red de relaciones en los círculos católicos que le hicieron encargos y se convirtió también en la imprenta de los semanarios carlistas L’Espurna («periodich tradicioanlista, satiric i festiu»), Lo Crit de la Pàtria y Lo Crit d’Espanya o de la muy curiosa Don Ramon, que lucía un asombroso subtítulo: «Periódico Nocedalista Descarado» (en referencia al periodista y político carlista Cándido Nocedal, 1821-1885).
Sin embargo, fue sobre todo un acuerdo establecido ya en 1890 con Enric d’Ossó i Cervelló (1840-1896) para imprimir la revista Santa Teresa de Jesús lo que le dio un impulso inicial importante (y duradero) cuando Altés se independizó de su socio. El grueso de las impresiones de estos años iniciales de Bertran y Altés se dividieron sobre todo entre pequeños impresos o folletos comerciales, propagandísticos, educativos, etc., la impresión de los muy populares goigs (obras poéticas populares dedicadas a alguna virgen o santo) y un número creciente de revistas, entre las que resulta también interesante (por la relación con un libro importante) el caso del El Sarrianès, creado ya en 1894 por el lexicógrafo y bibliófilo Lluís Carles Viada i Lluch (1863-1938) y que se definía como «Semanario independiente defensor de los intereses religiosos y locales de Sarrià», que por entonces era un municipio que no pertenecía aún a Barcelona.
De esta etapa inicial se cuentan también algunos folletos y libros con pie de la Imprenta Bertran y Altés, como es el caso de las Constituciones y reglas para las hermanas de la doctrina cristiana (1886) o las más interesantes Observaciones al diccionario de la Real Academia (1887), del mencionado Luis Carlos Viada i Lluch o la ilustrada Guía para el espectador en las corridas de toros (1887), firmada por «Un aficionado» que era el seudónimo empleado por el periodista y escritor Federico Balart (1831-1905) y que se consigna como «Propiedad de los editores Bertran (N.) y Larrull (B.)» En todos estos casos se trata de publicaciones de menos de cincuenta páginas, igual que lo son la serie de programas escolares que en esos mismos años imprimen (Prospecto y reglamento del Col·legi Carreras; Programa de asignaturas de geometría y trigonometría, de Enrique Giménez de Castro; Programa de historia de España, Lecciones elementales de geografía y Programa de historia universal, de Josep Torras i Torrella) y compendios (Compendio de Historia Universal, de Joan Cortada, Compendio de urbanidad, de Isidro Vilaseca i Rius).
De extensión similar es otro título fascinante de 1888, firmado por un enigmático Gay Lussal, Los dioses del Olimpo. Sainete nocedalista puro, silbable y bailable todo en una pieza. En un acto y en verso original, de una treintena de páginas, que probablemente toma como punto de partida los conocidos como «hechos del Olimpo» (noviembre de 1888), en el que carlistas e integristas se enfrentaron a garrotazos en el teatro barcelonés homónimo.
Mayor enjundia en cuanto a extensión tuvo La Heroína de Castellfort. Episodio histórico-tradicionalista (1888), firmada por un Jorge de Pinares que no era otro que Joan Baptista Altés (1845-1916), hermano del impresor, quien tendría ocasión de reimprimir en numerosas ocasiones esta obra. Se trata de un libro de 18 cm de altura y más de 240 páginas ilustrado en la anteportada con un retrato de la protagonista, Francisca Guarch Folch (1857-1903), quien se hizo pasar por hombre para empuñar las armas durante la tercera guerra carlista.
Al año siguiente (1889) se publica en la Biblioteca Tradicionalista y con pie de Bertran y Altés Dos reyes, un volumen de más de trescientas páginas firmadas por el Príncipe de Valori (Henri François de Valori-Rustichelli), en versión española, según se indica en la portada, de D. F. de P.O. (Francisco de Paula Oller), así como el Curso elemental de armas portátiles de fuego: reseña histórica de las armas de guerra y estudio descriptivo y técnico del moderno armamento de la infantería, de José Génova e Iturbe, quien en 1900 describiría sus heroicas peripecias como agente secreto durante la guerra de Filipinas (Los prisioneros. Memoria de la Comisión desempeñada en el campo filipino por orden del Capitán General de Filipinas D. Diego de los Ríos, Establecimiento Tipográfico de Juste, 1900).
El mismo año en que Altés inicia su andadura como impresor independiente aún aparece otro título curioso con pie de los dos asociados: el voluminoso (864 páginas) José M. Borja, Manual de procedimientos judiciales: contiene, el Código de enjuiciamientos civiles, la Ley de timbres, el Reglamento de inscripciones ecuatorianos, concordancias y anotaciones referentes á aquel Código, firmado por José M. Borja y con pie editorial de Guayaquil, Establecimiento La Viña, 1890. El periódico de Quito La Época, en su edición del 9 de abril de 1890 ‒que, por cierto, incluye una versión del cuento «El velo de la reina de Mab», de Rubén Darío‒ saludaba este libro como «primero en su género en la jurisprudencia patria, es honra de su distinguido autor y ojalá alentado con el notable éxito que ha alcanzado, publique otros trabajos». Sin embargo, añadía también a modo de queja: «La edición es hecha en Barcelona en la imprenta de Bertran y Altés y forma un tomo en 8º de 864 págs. Es sensible que esté plagada de errores tipográficos, y desmerezca de su elegante formato».
También en ese año fronterizo en la trayectoria de la imprenta aparece el ambicioso Álbum de personajes carlistas, tres volúmenes de unas doscientas páginas cada uno (de 20 x 15) editados por La Propaganda Catalana de la Librería Antonio Quintana i Bové, con una treintena larga de láminas. Sin embargo, ya es significativo que en el tercer tomo no aparezca el nombre de la editorial y lo imprimiera el antes mencioando Fidel Giró.
Después de llegar a un acuerdo con Francesc Bertran, el 9 mayo 1890 Francesc Altés se establece por su cuenta en el barrio del Raval (en el número 11 de la calle Eilsabets, muy cerca de la Libreria Cientifich Literaria, en el 4) e inicia una nueva etapa en la que, convertida en empresa familiar, la Altés se irá forjando un gran prestigio y obtendrá el favor de algunos de los escritores más importantes de su tiempo.
Fuentes:
Josep Alanyà I Roig, «Bateans: Francesc Altés i Alabart», La Villa Closa, vol. I (núm. 1 [julio de 1986] a núm. 18 [diciembre de 1990]), p. 123
Familia Altés, Àlbum de familia (1886-1986), Barcelona, Impremta i Editorial Altés, S. L., 1986.
Albert Manent, «La Altés i les impremptes noucentistes», La Vanguardia, 6 d enero de 1987. Culturas. 32.
Redacció, «El Mestre Altés», El Borinot. Setmanari Il·lustrat, núm. 174 (17 de junio de 1926), pp. 1-3.
Miquel Saperas, Altés, S. L. 1886-1961, Barcelona, Impremta i Editorial Altés, S. L., 1961.