La colección de literatura narrativa en catalán L’Ull de Vidre empezó su andadura en Tuquets Editores en el año 2001, cuando aún se encontraba al frente de la editorial Beatriz de Moura y antes de que esta entrara en la órbita del Grupo Planeta.
Sin embargo, ya el año anterior Tusquets había mostrado la intención de publicar sostenidamente libros en catalán en una colección llamada Caminada que mantenía tanto el formato como el diseño de Guillermot-Navares para Andanzas, lo cual dadas las similitudes entre la lengua española y el catalán podía dar pie a confusiones.
Eso era precisamente lo que ocurría con el primer libro de la colección, La ignorancia (La ignorància en catalán), de Milan Kundera (1929-2023), que al mantener la misma imagen ilustrativa hacía difícil saber al primer vistazo si se trataba de la traducción de Beatriz de Moura al español o de la que hizo Imma Monsó al catalán. Se da además la curiosa circunstancia de que en este caso, y por deseo expreso del autor, estas dos ediciones fueron previas a la del texto original en francés.
Sin embargo, pueden espigarse en el catálogo de Tusquets algunos libros en catalán ya en el siglo XX, como es el caso del Diari de bordell (1979) de Josep Lluís Seguí en la colección La Sonrisa Vertical, Teoria i práctica del pa amb tomàquet (1985) de Leopoldo Pomés, publicado fuera de colección, o incluso una versión inesperada de L’amant, de Marguritte Duras (1914-1996), publicada en 1989 en traducción de Marta Pesarrodona e incluida sorpresivamente en Andanzas, pero siempre habían sido casos excepcionales que no parecían responder a una estrategia planificada.
Así pues, en 2001 aparecía la colección L’Ull de Vidre, que mantenía el mismo diseño que Andanzas pero cambiando el negro de fondo por un rojo oscuro y se lanzaba con La falsa pista, del novelista sueco Henning Mankell (1948-2015), en traducción directa de Meritxell Salvany, que coincidía temporalmente con la aparición también en Tusquets de la misma novela en traducción al castellano (y, casualidad, con título idéntico).
El director de la colección, el escritor y profesor ibicenco Antoni Marí, hacía por entonces ya décadas que estaba vinculado de diversos modos a Tusquets, inicialmente como antólogo (El entusiasmo y la quietud. Antología del romanticismo alemán, en la colección Marginales en 1979), luego como novelista (El camino de Vincennes, en Andanzas en 1995) pero además desde 1989 como director de la colección Nuevos Textos Sagrados (subsumida en Marginales), que incluyó a autores tan diversos como José Ángel Valente (1929-2000), Alfonso Costafreda (1926-1974), Rosa Chacel (1898-1994), Juan Ramón Jiménez (1881-1958), José María Micó (n. 1961), Marcos Ricardo Barnatán (n. 1948), Ida Vitale (n. 1923) o Clara Janés (n. 1940), y que debía garantizar el prestigio de la editorial, según contó con jocosos toques criptosurrealísticos el propio Marí:
[el nombre de la colección] al principio supuso un cierto repudio. Me escudaba detrás del título diciendo: «yo no soy el responsable. El responsable es Adolfo Bioy Casares». Entonces me sacaba la faja que llevaba encima. Porque a Beatriz de Moura, con quien colaboraba desde tiempo inmemorial, yo le decía: «Beatriz, hasta que no tengas una colección de poesía en tu editorial, no tendrás una editorial de prestigio». Y cada mes o mes y medio volvía otra vez, como en una película de Carlos Marx. «No tendrás una editorial de prestigio». Entonces, una noche, Beatriz me invitó a cenar y llegó con nosotros Adolfo. Yo le propuse a Adolfo lo que iba proponiéndole a Beatriz, y el dijo: «Beatriz, por Dios, pero ¿cómo te resistes a publicar una colección de poesía con un hombre tan distraído como este?». Entonces, efectivamente, Nuevos Textos Sagrados, quedó en 1989 como un título que era ya prácticamente inamovible.
En 2002 aparecieron ya cinco títulos de L’Ull de Vidre, que sin embargo aún hacían difícil definir la personalidad de la colección, pues se movía entre la traducción de los títulos comercialmente más exitosos de Tusquets y la incorporación de algunos clásicos: Els gossos de Riga y Comèdia infantil de Mankell, una segunda edición de La ignorància, Les penes del jove Wether de Goethe, en traducción de Manel Pla (anteriormente circulaba profusamente la de Joan Alavedra, y desde 2013 lo haría la de Joan Fontcuberta) y una interesante recopilación de artículos del poeta Jacint Verdaguer (1845-1902) publicados originalmente en 1895 y 1897, editados para Tusquets por Narcís Garolera y publicados con el título En defensa propia; en ellos el poeta se defiende de los ataques de que estaba siendo objeto por razones extraliterarias en una de las primeras grandes polémicas periodísticas (casi coincidiendo en el tiempo con al affaire Dreyfuss, iniciado por Émile Zola en 1897).
Los títulos publicados en L’Ull de Vidre al año siguiente siguen balanceándose entre esos dos polos, con L’home que somreia y La lleona blanca de Mankell o Soldats de Salamina de Javier Cercas (en traducción de Ponç Puigdevall) y el libro de viajes de Jacint Verdaguer preparado por Garolera y prologado por Xavier Moret De Tánger a San Petersburg, pero a los que se añade una inclasificable recopilación de textos con tintes entre filosóficos y científicos de Jorge Wagensberg (1948-2018) traducidos por Màrius Serra: Si la natura és la resposta, quina era la pregunta? I uns altres cinc-cents pensaments sobre la incertesa.
El número de títulos publicados parece estabilizarse temporalmente en media docena anual, pero tampoco los publicados en 2004 acaban de perfilar tamática o genéricamente la colección, si bien empieza a incrementarse el número de obras narrativas escritas originalmente en catalán, entre las que destaca ese año Una vida al carrer, de Jordi Ibáñez Fanés (que obtuvo el primer Premio Lateral a la mejor obra publicada en catalán). Junto a él, nuevos títulos de Mankell (Abans de la gelada, El tallafoc y Amb l’alè al clatell), pero también la edición y traducción de Eduard Cairol de Ewal Tragy i altres textos de joventut, de Rainer Maria Rilke (1875-1926). La misma tendencia se advierte en los años siguientes, con la reedición además de obras en catalán que habían aparecido en otras colecciones de Tusquets, como Deu pometes té el pomer, don el que el colectivo Ofelia Dracs había obtenido el premio Sonrisa Vertical en 1979, o la ya mencionada L’amant (en 2008).
A Mankell se añade más tarde la obra del griego Petros Màrkaris y la colección parece convertirse en el refugio de las traducciones al catalán de estos dos autores junto a las de Kundera, pero también el de la obra narrativa de algunos autores catalanes como Jordi Ibáñez Fanés, Ponç Puigdevall, Manuel Foraster (1949-2016) o el propio Marí (Han vingut uns amics, 2010; Llibre d’abscències, 2012; El vas de plata i altres obres de misericòrdia, 2017), quien además se ha ocupado de la edición de dos de los libros más interesantes publicados en la colección, Contra Sainte-Beuve, records d’una matinada, de Marcel Proust (1871-1922), traducido por Manel Pla, y, con Lluís Quintana, Catalans de 1918, de J. V. Foix (1894-1987).
A todo ello debe añadirse la mención de otros títulos importantes, como L’amic de la finca roja (2017), de Mercè Ibarz (Premio de la Crítica Serra d’Or) o Quan la història et crema la mà: Auden i Orwell entre dues guerres (2020), de Miquel Berga, pero a medida que ha avanzado el siglo XX la cadencia se ha ido reduciendo hasta un par o tres de títulos anuales, mientras que además, lógicamente, las traducciones al catalán de otros autores de éxito de Tusquets, como Murakami o Irving, las ha publicado otro sello del Grupo Planeta, Edicions 62. Tal vez el empuje de las editoriales en catalán hizo que Tusquets abandonará este terreno de juego.
Fuentes:
Antoni Marí, «La música como germen de la poesía moderna (Poe, Baudelaire, Mallarmé)», Actas del congreso Literatura & Música, Jerez de la Frontera, Fundación Caballero Bonald, 2020, pp.41-54.
Tusquets Editores, 1969-2009, catálogo conmemorativo de los primeros cuarenta años de la editorial, Barcelona, 2009.