Bernardo Estornés Lasa, un editor vasco en Santiago de Chile

En diciembre de 1941 salía en Santiago de Chile el primer número de la revista Batasuna, subtitulada inicialmente «Revista de divulgación vasca» y organizada en diversas grandes secciones («Naturaleza», «Individualidad», «Cultura artística», «Cultura social», «Cables cruzados», etc.). Los cinco números, de unas cien páginas cada uno, se caracterizan por la muy esporádica inserción de ilustraciones y la absoluta (y sorprendente) ausencia de publicidad. La financiación del proyecto se basaba sobre todo en el convencimiento de Pedro de Aretxabala (1908-2009) y el director era Bernardo Estornés Lasa (1907-1999), hombre entonces con una amplia experiencia como editor que había arrancado unos años antes del inicio de la guerra civil española.

De 1927, cuando contaba veinte años, es la autopublicación en la zaragozana Tipografía de F. Martínez de su ensayo ilustrado con numerosas fotografías Erronkari (El valle del Roncal), pero dos años después, acabados ya los estudios, es nombrado jefe de oficina de la Eusko Isaskuntza (Sociedad de Estudios Vascos), donde colabora con Julio de Urquijo (1871-1950) en la edición de la trimestral Revista Internacional de Estudios Vascos.

Durante la Segunda República (1931-1939), con el objetivo de proporcionar a las incipientes escuelas vascas (isaskolas) los materiales imprescindibles para poder llevar a cabo su tarea, además de escribir la novela Sabin euskalduna (1931) e Historia del País Basco (1933), crea la editorial Beñat Idaztiak y la colección Zabalkundea, para las que cuenta con la colaboración de su hermano Mariano (1909-1997) y donde alterna el ensayo cultural con la literatura de creación: Blancos y negros (1934), tres volúmenes de Narraciones vascas (1934 y 1935), El genio de Navarra (1936) y Don García de Almorabid (1936), de Arturo Campión (1854-1937); La democracia en Euzkadi, de J. de Urkina (José de Aritzimuño Olaso, 1896-1936); Literatura oral euskérica, de Manuel de Lekuona (1894-1987)…

Sin embargo, la importancia capital de la actividad de Bernardo Estornés en esos años previos a la guerra es sin duda la iniciativa de crear una enciclopedia vasca, que empieza a gestarse ya por entonces, si bien la guerra y el franquismo le pondrán trabas insalvables y el primer volumen de la Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco no aparecería hasta 1962.

Los embates del ejército franquista lo llevaron inicialmente a exiliarse en San Juan de Luz, pero en 1937 abandonó Euskal Herria para iniciar un periplo por ciudades del norte de Francia que concluyó cuando embarcó en Marsella con destino a Chile (adonde llegó en enero de 1940). Al cabo de un año en tierras americanas ya había puesto en marcha la mencionada revista de la comunidad vasca en Chile Batasuna, en cuyos cinco números aparece una sección, «Breve diccionario enciclopédico vasco», que ya anuncia lo que será la labor de Estornés en los años siguientes.

Desde junio de 1943 y hasta abril de 1949 Batasuna sería sustituida por Euzkadi, significativamente subtitulada «En defensa y al servicio de la nación vasca» y donde Bernardo Estornés se ocupó sobre todo de temas culturales. Dirigía esta última revista de periodicidad mensual Simón Ciriaco Santamaría, mientras que de la impresión se ocupaba Julián Pe Menchaca, quien después de desempeñarse como litógrafo en Valparaíso había establecido un taller de grabado e impresión en Santiago desde donde se tiraron los mil ejemplares que se hicieron de cada uno de los sesenta y seis números de esta cabecera. Entre sus principales colaboradores se contaban Andoni de Astigarraga (1920-¿), Manu de la Sota (1897-1979), Francisco Gorritxo (1906-1993) y Santiago Zarranz (1906-1995), y entre las curiosidades la inserción en el primer número del sentido artículo de Max Aub «¿Conoces el País Vasco?», aparecido previamente en la revista también llamada Euzkadi que publicaba el Centro Vasco de Caracas.

Mientras, Bernardo Estornés había participado también, con  Manuel de Irujo (1891-1981), en la fundación de la editorial vasca de Buenos Aires Ekin, que vio la luz en 1941 gracias al impulso de Andrés de Irujo (1907-1993) e Isaac López Mendizábal (1879-1977)  y al apoyo económico y logístico del impresor Sebastián Amorrortu (1867-1949). En esta última editorial publicaría Estética vasca. Paisaje. Arte. Belleza (1952) y Eneko Arista, fundador del reino de Pamplona y su época. Un siglo de historia vasca: 752-852 (1959), pero para entonces ya estaba Estornés planeando su regreso a Esukal Herria.

De hecho, tanto Bernardo como su hermano Mariano se establecen en Donosti en la primavera de 1958, y enseguida reanudan la labor editorial iniciada antes de la guerra. Ese mismo año ponen ya en marcha la editorial Añumendi, que debido a los antecedentes de sus promotores enseguida topó con dificultades insalvables para registrarse como empresa editora, de modo que tuvo que iniciar su actividad bajo el paraguas de la editorial Itxaropena (que en euskera significa esperanza) fundada en 1932 por Patxi Unzurrunzaga, con quien Bernardo había colaborado en muy diversos proyectos ya en los años treinta y que en la posguerra se había convertido en uno de los editores heroicos de la literatura clandestina en euskera y que les cubrió las espaldas hasta 1966.

Fuentes:

Oscar Álvarez Gila, La editorial Ekin de Buenos Aires, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2002.

Bernardo Estornés Lasa, «Cómo se gestó el Diccionario español-uskara roncalés», Fontes Linguae Vasconum, núm. 79 (1998), pp. 521-534.

Idoia Estornés Zubizarreta, Estornés Lasa, Bernardo. Enciclopedia Auñamendi, 2024.

Gurutze Lasa Zuzuarregui, «Semblanza de la Editorial Auñamendi Argitaldaria (San Sebastián, 1958-2010)», Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes – Portal Editores y Editoriales Iberoamericanos (siglos XIX-XXI) – EDI-RED, 2019.

Pedro Oyanguren, ed., Vascos en Chile 1520-2005. Euzko Etxea de Santiago, Donostia, Eusko Ikaskuntza, 2007.