Germán Plaza y la Pulga

Germán Plaza

Germán Plaza Pedraz

A Silvia Sesé

 

El milagro está hecho: en el metro (hasta ahora gabinete de lectura de esas infranovelas fundamentadas en las hazañas del gángster, de la niña ñoña y del héroe estúpido), en el metro decimos, se lee ahora a don Tirso de Molina y a don Leónidas Andreiev y a cualquiera de sus esclarecidos colegas […] Conmovidos, agredidos y turulatos, manifestamos a los inventores de la Enciclopedia Pulga nuestro asombro y nuestro reconocimiento. ¡Enhorabuena!

Mario Lacruz

Así se saludaba en la revista humorística La Codorniz la que quizá sea una de las colecciones más entrañables de los años cincuenta, y que en cierto modo era una respuesta del editor Germán Plaza (1903-1977) a las carencias de papel que se dieron en España en la posguerra española. Acerca de esos “inventores” de los minúsculos volúmenes de tamaño muy similar al de un paquete de cigarrillos (10,5 x 7,5) que albergaron todo tipo de obras importantes, explicó a Rai Ferrer el que fuera su editor, Mario Lacruz (1929-2000):

Hacía algunos años que don Germán había comprado una rotativa Man de seis cuerpos [las célebres Manroland] parecida a una máquina de tren. Un buen día, con la rotativa parada por la caída de los tebeos, tomó uina hoja d papel que imprimía la máquina y comenzó a doblarla una y otra vez. El resultado fue un minúsculo cuadernillo de 64 páginas que lanzó sobre mi mesa diciendo: ¿Qué podemos hacer con esto? A los pocos meses, la Enciclopedia Pulga se convertía en un gran éxito editorial.

Algo tuvo que ver en ello la decidida apuesta por la agresiva y amplia publicidad, en consonancia con unas tiradas amplísimas, que llegaban en algunos casos de obras clásicas (La perfecta casada y obras de Tirso, Cervantes, Dostoievski o Oscar Wilde) a más de cien mil ejemplares. Así lo contó el propio Germán Plaza en una interesantísima conferencia en 1955:

Si bien era condición importante el contar con imprenta propia, no lo era suficiente. Precisábamos tener confianza en la reacción del público y efectuar tiradas lo suficientemente numerosas para que mereciera la pena imprimirlas en rotativa, procedimiento gráfico que, en ediciones de este carácter, permite una apreciable reducción del coste.

Era necesario también mecanizar al máximo el proceso de encuadernación, operación que por lo general invierte una considerable mano de obra. Y la importación de una maquinaria adecuada nos permitió lograrlo. Y además, una tradición editorial desarrollada sobre todo con una colección de tanta popularidad como en su tiempo lo fue El Coyote, nos permitió crear una organización distribuidora en España que nos facultaba para hacer llegar a todos los rincones del país las nuevas colecciones.

La Pulga tenía sin embargo  un muy noble antecedente en Grano de Arena, la colección creada e impulsada entre 1941 y 1942 por José Janés (1913-1959) de un modo mucho más artesanal (era una época incluso más dura, en la que todo estaba por hacer y ni hablar de importar maquinaria). Los pequeños volúmenes de 9 x 6 de Janés albergaron breves textos (pero completos) como Pollock, de H.G. Wells, Satyro, de Goethe, Intermezzo, de Heine, Inocencia reconocida, de Boccaccio, Heroídas, de Flaubert, Una tragedia, de Balzac, Una novela en nueve cartas, de Dostoievski, La modistilla, de Eugenio Heltai, Margarita de Escocia, de Mateo Bandello, Ética del contrabajo (Premio Viareggio 1939), de Orio Vergani, Elogio del gastrónomo, de Anthelme Brillat-Savarin, y obras igualmente breves de Edgar Allan Poe, E.T.A. Hoffmann, Joseph Conrad, R.L. Stevenson, Mark Twain, Edmundo de Amicis, Walt Withman, Oscar Wilde, D.H. Lawrence, Knut Hamsun, Luigi Pirandello o James Joyce.

Interior de Sor Beatriz, de Charles Nodier, en Grano de Arena (1942)

Los criterios de la Enciclopedia Pulga en cuanto a la selección de temas, autores y títulos también los expuso pormenorizadamente su creador:

No vamos a darle a este público, hasta hoy yermo de buena semilla, una literatura sofisticada o de proporciones grandiosas. Sería lo mismo que ofrecer un banquete pantagruélico a quien ha sufrido un ayuno prolongado. En vez de ello, hay que proporcionarle lo que, dentro de un tono de cierta elevación y ambición cultural, guarde proporción con la limitada preparación de que hasta el momento ha adolecido. Éste es otro de los secretos a voces de la Enciclopedia Pulga. No asusta al lector con volúmenes de gran extensión o de contenido abstracto, sino que le ofrece temas sencillos, de interés permanente, expuestos en un lenguaje llano e inteligible.

La selección de títulos llevada a cabo por Mario Lacruz para La Pulga presenta más de un punto de coincidencia con la de Janés en cuanto a algunos autores (Goethe, Wilde, Stevenson, Twain…), si bien una diferencia importante la constituye la presencia de autores españoles. Si en el proyecto de Janés sólo aparecen Eduardo Aunós (con París en el siglo) y Eugenio d´Ors (Historia de enfermos y de viejos), en la de Lacruz se dio cancha a varios escritores destinados a ocupar un lugar importante en la historia de la literatura española, como es el caso de Dolores Medio, César González Ruano, Miguel Delibes, Camilo José Cela o el propio Mario Lacruz, de quien en 1955 se publicó un volumen titulado Un verano memorable que incluía Ana y los niños, La comunidad, La mujer forastera y solitaria, Los brazos y el relato que le daba título (y del que el año 2000 Debate publicó una edición no venal numerada de 500 ejemplares). Por otra parte, y según explica Plaza en la misma conferencia ya citada, lo que más se vendía, y en este orden, eran los encargos hechos por el editor a autores no muy conocidos de obras referidas a temas importantes (Sevilla, Los Estados Unidos al sprint, ¿Jesucristo es Dios?, La religión, ¿para qué?…), autores clásicos como los ya mencionados, los temas de divulgación científica o de humanidades (La energía atómica, Beethoven, Islandia, entre fuego y hielo…) y por último “relatos y narraciones de autores contemporáneos y de “campanillas””. Es notable también la presencia en Pulga de versiones de obras llevadas con éxito a la gran pantalla (Mogambo, de Wilson Collinson, El prisionero de Zenda, de Anthony Hope o Ben-Hur, de Lewis Wallace, obviamente en una versión abreviada a 223 páginas).

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Si se ha recordado hasta la saciedad el eslógan de que se sirvió esta colección («El saber no ocupa lugar»), menos leída ha sido la publicidad que aparecía al final de cada uno de ellos, obviamente destinada a evitar que libros tan baratos como estos fueran objeto de préstamo:

La muerte acecha…

Piense por un momento en los males que puede acarrearle la lectura de novelas que hayan pasado por varias manos.

No olvide que el papel es uno de los vehículos portador de las más terribles enfermedades.

¡Huya de ellos como del mismo demonio!

Ahora ya no necesita usted pedir novelas prestadas porque en la Enciclopedia Pulga encontrará lo que necesita y a un precio sumamente económico. Cada volumen de 64 páginas, con un promedio de 60.000 espacios y cubierta en cartulina, 1’50 Ptas.

Desde luego, se trata de una colección que dice muchas cosas acerca de cómo eran los años cincuenta en España, pero lo que quizá pueda parecer extraño es que los publicistas de dispositivos de lectura digital no hayan empleado todavía ese sagaz argumento…

Fuentes:

El Abuelito, “Pulgas fantásticas” y “Pulgas gigantes”, en El Desván del Abuelito, 11 de febrero de 2009 y 15 de marzo de 2011, respectivamente.

Francisco Lacruz, “Mario, mi hermano”, reproducido en el apéndice a Mario Lacruz, Trilogía de la culpa (El inocente. La tarde.El ayudante del verdugo), Madrid, Funambulista, 2009.  (Colección LiteraDura), pp.609-616.

Laura López Sánchez, “La culpa en la novela de Mario Lacruz”, reproducido en el apéndice a Mario Lacruz, Trilogía de la culpa (El inocente. La tarde.El ayudante del verdugo), Madrid, Funambulista, 2009.  (Colección LiteraDura), pp. 595-608.

Ll. M., “Germán Plaza, el introductor del libro de bolsillo”, La Vanguardia, 17 de marzo de 1984, p. 27.

Xavier Moret,”Plaza y Janés”, en Tiempo de editores. Historia de la edición en España, 1939-1975, Barcelona, Destino (Imago Mundi 19), pp. 168-174.

Germán Plaza, “Los problemas del libro popular en España”, conferencia pronunciada en la Biblioteca Central de la Diputación de Barcelona con motivo de la Exposición de la Fiesta del Libro de 1955 y publicada como anexo al Catálogo de la producción editorial barcelonesa comprendida entre el 23 de abril de 1954 y el de 1955, Barcelona, Diputación de Barcelona, 1956.

Pop Ediciones, “Por un puñado de pulgas”, Cultura impopular, 23 de abril de 2012.

12 comentarios en “Germán Plaza y la Pulga

  1. Saludos a posibles «pulgófilos»:

    Más siendo yo crío que en lo posterior, han pasado tontamente por mis manos algunos ejemplares de la «Enciclopedia Pulga». Restos dispersos del patrimonio de algún familiar lejano. Lo que hubiere en mi caso se ha perdido mucho entre limpiezas y mudanzas (yo nunca lo vi realmente agrupado ni recopilado, sino, como digo, más bien disperso por desvanes o rincones). Recuerdo haber conservado y llegado a leer algo titulado «Braulio el Insomne», pero no se de qué autor. Recuerdo aún más haber descubierto a Villiers de l’Isle Adam con «El Convidado de la Última Fiesta». Quizá también algo de Guy de Maupassant… Pero, ahora mismo, lo único que tengo delante es «Dalí», firmado por Marino Gómez-Santos (Nº 481, precio: 2 ptas… Portada: Chaco)…
    Pero lo que yo queria preguntar es si alguien recuerda un ejemplar que (supongo más que recuerdo) debía de versar sobre extraterrestres y/o vida en otros planetas (o algo así)… Y no puedo dar más datos. No recuerdo título ni autor. Ni siquiera recuerdo la ilustración de portada… pero sí que tenia alguna que otra ilustración en el interior. Cosas muy fantásticas. Me suena algo de personajes con alas semejantes a las de los murciélagos y, sobre todo, una estampa de un bicho rarísimo, imaginario y casi indescriptible…
    El caso es que ese ejemplar lo recuerdo de cuando yo era muy crío, y se extravió, o yo lo perdí de vista, antes de que me pudiera llegar a suscitar la suficiente curiosidad como para ser capaz de interesarme en intentar leerlo. Sólo recuerdo las desconcertantes estampitas que lo ilustraban, y que me resultaban curiosas, pero que no había llegado yo aún al vivo interés por lo fantástico que he desarrollado luego…
    Así que esa es mi «pregunta»: Que si a alguien le suena un «Pulga» de estos al que yo me refiero y que pueda ser «ese» en concreto. Más que nada por posible referencia de título y autor, para interesarme ya yo luego en rastrearlo por mi cuenta.

    Gracias.

    • Armi, he intentado registrar todos los Pulgas de los que tengo noticia y ninguno me cuadra con tu descripción, pero lo cierto es que hay muchos números que no he podido identificar siquiera. Se me ocurre que es posible que no sea un Pulga sino algún Grano de Arena o colección similar. Quizás algún buen librero de viejo pueda echarte una mano.
      Lamento no poder ser de más ayuda.

      • Bueno, pues muchas gracias por la respuesta en cualquier caso. Decir que, por los ejemplares que recuerdo y que mencionaba antes, estoy bastante seguro de que todo eran «Pulga», que parece ser que era lo que coleccionaba aquel antiguo pariente de quien procedían… En fin: Gracias de nuevo.

      • Otra vez yo:

        Para rematar un poco lo iniciado: Hoy se me ha dado por echar otro vistazo por ahí y me he topado con este blog, encabezado por el librito en cuestión. Es decir, que creo que sí era ese. Una vez vista la portada y el título me parece que me quiere sonar…

        http://misteriosdelaire.blogspot.com.es/2005/08/nuevo-blog-sobre-los-platillos.html

        «Misterios del Aire» de un tal Guillermo de Novellana… Faltaria comprobar aquello de las ilustraciones del interior que sería lo que más me sonaría, pero bueno… No he encontrado mucho más. Alguna oferta del título en cuestión donde creo que discrepaba un poco del nº de la colección que menciona en ese blog, pero que era el mismo libro.

  2. Hola. Otra vez yo:

    Quise poner otro comentario o respuesta hace algunas semanas. Como no ha aparecido no se si no cumplimenté algo bien al enviar.

    Queria decir que, buscando algo más por mi cuenta, acabé encontrando este blog sobre ovnis:

    http://misteriosdelaire.blogspot.com.es/2005/08/nuevo-blog-sobre-los-platillos.html

    El ejemplar de «Pulga» que muestra y del que se apropia del título creo que es el que yo decía: «Misterios del Aire», de Guillermo de Novellana… Dice que es el nº 389, aunque ya buscando a partir de ahí encontré alguna discrepancia. En alguna página donde se mencionaba ese ejemplar el nº variaba un poco (no se si 387 o así).

    Bueno. Pues ahí dejo esto para rematar el tema que yo mismo inicié y para que pueda constar.

    Gracias.

    • Gracias de nuevo por la precisión. Ese mismo problema, al intentar reconstruir la numeración sin tener delante los ejemplares, me la encontré yo mismo. Me temo que, o bien hay errores en los catálogos de algunos libreros, o bien hubo problemas en las numeraciones (es posible que producto de reediciones mal numeradas, se me ocurre). Gracias de nuevo, y suerte.

      • Tengo algunos ejemplares de esta colección, Pulga). me han aparecido en una limpieza de un piso y como quiera que estoy pasándome con armas y bagajes al e-book, he decidido deshacerme de ellos. ¿Alguien conoce algo sobre el mercado de esta colección: lugares de venta, precios,etc? Quedaría agradecido. Juan Sanchez

      • Hola, Juan Pablo, ejemplares sueltos los he visto en Iberlibro a lo sumo a entre 2 y 3 euros el ejemplar, más o menos. En el Mercat de Sant Antoni de Barcelona aún es bastante fácil encontrar ejemplares de esta colección, y supongo que en sitios similares también. Debido a que se imprimían en rotativa, se hacían tal cantidad de ejemplares que es muy fácil encontrarlos en mercados de ocasión e incluso en librerías de viejo. Cosa distinta sería que tuvieras la colección completa.

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