Antecedentes de la editorial Adriana Hidalgo: el riojano Pedro García y El Ateneo

El eminente historiador de la edición José Luis de Diego describe con particular acierto la transición que supuso la compra en 1998 de la librería y editorial argentina El Ateneo por parte de la petrolera Ilhsa hasta la posterior conformación y consolidación del catálogo de la editorial Adriana Hidalgo como un reciclaje de capital simbólico.

Pedro García Fernández.

Para entonces, El Ateneo tenía una ya más que longeva historia. Su fundador, Pedro García Fernández (1884-1948), había nacido en Anguiano (La Rioja) en el seno de una familia numerosa cuyo hijo mayor, Martín (maestro de profesión), había emigrado en el cambio de siglo y había abierto una librería en La Plata.

Diez años más tarde emigraron también sus hermanos Francisco, Manuel y Pedro y, después de trabajar unos meses con Martín, por entonces embajador español en Argentina, Pedro García abrió en 1913 la librería El Ateneo, originalmente en el número 651 de la calle Victoria (luego rebautizada como Hipólito Yrigoyen) y caracterizada como «Librería Científica y Literaria» y «Casa Editora». El rápido éxito de esta iniciativa hizo que ya en 1917 se trasladara a la muy cosmopolita y transitada calle Florida (inicialmente al número 371 y más adelante al 340), y que se convirtiera en punto de referencia. Los viajes que llevó a cabo el muy activo Pedro García contribuyeron a acrecentar su prestigio tanto entre sus nuevos compatriotas como entre las principales editoriales francesas y españolas.

Lo cierto es que la fundación de El Ateneo coincidía con un momento pujante del mercado librero argentino en las primeras décadas del siglo XX, en el que la presencia de españoles emigrados era bastante notable: en 1914 el madrileño Tomás Pardo había abierto la Librería General y el gallego Julio Sánchez la Cervantes, dos años después el también madrileño Calixto Perlado puso en funcionamiento su librería, coincidiendo con la apertura también de la Librería de los Estudiantes, del asimismo español Francisco García López, y en 1918 el compostelano Jaime Moreira abre las puertas de la Librería Argentina. Por el camino, además, el hijo del periodista y crítico literario mallorquín Joan Torrendell i Escalas (1869-1937), Joan Carles Torrendell, había puesto en marcha en 1916 la editorial Tor.

En el ámbito propiamente editorial, son los años en que se ponen en marcha editoriales más o menos efímeras, como La Cultura Argentina (1915), de José Ingenieros; la Biblioteca Argentina (1915), de Ricardo Rojas; las Ediciones Mínimas (1915), de Leopoldo Durán, las Ediciones Selectas América (1919), de los hermanos Glusberg (Samuel y Leandro) y poco después el emigrante español Antonio Zamora creará la Cooperativa Editorial Claridad (1922).

En uno de sus viajes a la Península, Pedro García se casó con Francisca Rueda (nacida en Argentina pero residente desde niña en España), lo que en buena medida explica que, entre los muchos familiares a los que integró en su pujante negocio, se encontrara un joven destinado a convertirse en otro de los grandes editores en Argentina, Santiago Rueda (1905-1968), que después de casi veinte años en El Ateneo y alcanzar el puesto de encargado de la sección de literatura fundó la editorial con su nombre muy cerca de la librería. Otro fichaje trascendente fue el del pontevedrés Francisco Gil Cota, que entró en 1931 (a los dieciséis años) como recadero y, con el tiempo, no sólo se convertiría en «el librero favorito de Borges», sino que llegaría a ser Librero Mayor de Buenos Aires y fundador de la Feria del Libro de la capital argentina.

Una de las curiosidades del catálogo de El Ateneo de la primera mitad del siglo XX es el libro pionero (¿fundacional?) del longevo bibliófilo Domingo Buonocore (1899-1991) Libreros, editores e impresores de Buenos Aires (1944). Sin embargo, al principio el crédito de El Ateneo se basó sobre todo en el libro científico (Biblioteca de Semiología, Biblioteca de Terapéutica Clínica, Biblioteca de Patología Médica, etc.) y en particular de obras vinculadas a las ciencias de la salud. Acaso como consecuencia del republicanismo socialista de Pedro García, el higienismo fue uno de sus principales puntos de interés, campo en el que contó con el asesoramiento de los eminentes Bernardo Houssay (1887-1971), premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1947, y Luis Federico Leloir (1906-1987), premio Nobel de Química en 1970.

Uno de los primeros libros de El Ateneo, Organización de la Confederación Argentina (1913), de Juan Bautista Alberdi (1810-1884).

Entre los autores en lengua española a los que publicó El Ateneo destacan por ejemplo el psiquiatra exiliado Emilio Mira y López (1896-1964), que durante la guerra civil española había dirigido el Institut d’Adaptació Professional de la Dona de la Generailtat de Catalunya y desde 1938 había asumido la jefatura de los Servicios Psiquiátricos del Gobierno Español. Ya en 1940 publicó en El Ateneo Problemas psicológicos actuales, al que seguirían en rápida sucesión Psicología evolutiva del niño y del adolescente (1941), Manual de Psicología jurídica (1942, publicado originalmente en 1932 por Salvat), Manual de Psiquiatría (1943, reedición del publicado por Salvat en 1935), Cuatro gigantes del alma (1947), Psiquiatría básica (1948), Compendio de Psiquiatría (1948), Factores psicológicos de la productividad (1961), Psicología de la vida moderna (1963)…

Tras la muerte de Pedro García la madrugada del 29 de noviembre de 1948, sus hijos Pedro y Eustasio garantizaron la continuidad e incluso el crecimiento de la empresa (cuyo catálogo se había enriquecido con literatura tanto traducida como en español), y en los años sesenta alcanzó fama como centro aglutinador de la intelectualidad bonaerense, con el ya mencionado Gil Cota como protagonista principal, y sus tertulias y «peñas de escritores», en las que eran habituales Victoria Ocampo (1890-1979), el polifacético Conrado Nalé Roxlo (1898-1971), Jorge Luis Borges (1899-1986), el bibliotecario y escritor Leopoldo Marechal (1900-1970), Eduardo Mallea (1903-1982), el pintor y muralista Antonio Berni (1905-1981), el artista hispanoargentino Luis Seoane (1910- 1979), Manuel Mujica Lainez (1911-1984), la poeta Olga Orozco (1920-1999), el dramaturgo Carlos Gorostiza (1920-2016), el actor barcelonés Alberto Closas (1921-1994), la actriz Analia Gadé (1931-2019)…

En estas tertulias y encuentros se ha identificado el germen de lo que sería a partir de septiembre de 1969 la Primavera de las Letras, caracterizada por la firma de ejemplares por parte de los más destacados escritores bonaerenses, que a su vez está en el origen de lo que acabaría por desembocar en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

En el ámbito más puramente editorial, los años sesenta culminan en El Ateneo con la aparición en 1967 de una de los más ambiciosos proyectos de la casa, la Enciclopedia El Ateneo, en un momento en que tanto la editorial como la librería no dejaban de crecer y diversificarse (con sedes en diversas ciudades argentinas y capitales sudamericanas, así como en México, Barcelona, Houston…).

Fuentes:

José Luis de Diego, «Semblanza de Santiago Rueda (1905-1968)», en Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes – Portal Editores y Editoriales Iberoamericanos (siglos XIXXXI) – EDI-RED, 2018.

José Luis de Diego, «Editores, políticas editoriales y otros dilemas metodológicos», en Los autores no escriben libros. Nuevos aportes a la historia de la edición, Buenos Aires, Ampersand, 2019, pp. 13-32.

Eustasio García, El Ateneo, vida y obra de Pedro García, Buenos Aires, Editorial Dunken, 2004.

Hugo Klappenbach, «Dos aspectos de la influencia española en la psicología argentina. Autores y editores», Revista de Historia de la Psicología, vol. 28, núm. 4 (2007), pp. 35-48

Antonio Lago Carballo y Nicanor Gómez Villegas, eds., Un viaje de ida y vuelta. La edición española e iberoamericana (1936-1975), Madrid, Siruela (El Ojo del Tiempo 9), 2006

2 comentarios en “Antecedentes de la editorial Adriana Hidalgo: el riojano Pedro García y El Ateneo

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