Ramon Maynadé, el gran editor teósofo

No es gran cosa lo que se sabe acerca de quien probablemente fuera el más importante editor y divulgador español en el campo de la teosofía, Ramon Maynadé Sallent, quien acaso llegara a la edición más por necesidad y convicción que como fruto del desarrollo de una vocación. Maynadé aparece ya como primer vocal de la junta fundación de la Sociedad Teosófica en 1899, que presidía el médico Josep Roviralta y formaban el también médico Josep Plana i Dorca (administrador), Josep Granes (secretario), Josep Querol (vocal) y Jacint Plana (vocal).

Después de la publicación descoordinada de la «Revista Teosófica Mensual» Antahkarana (1894-1896) y una notable serie de opúsculos, a menudo traducidos, a principios del siglo XX esta actividad editorial dispersa cristaliza en 1901 en la creación de la Biblioteca Orientalista, financiada por Josep Xifré Hamel (1855-1920) –quien en Madrid había sufragado ya el boletín teosófico Sophia (1893-1914) – y dirigida por Ramon Maynadé con la estrecha colaboración de su esposa Carme Mateos Prat (1865-1915). Acerca de Sophia, vale la pena consignar que uno de sus suscriptores, por lo menos hasta 1913, fue el urbanista Arturo Soria y Mata (1844-1920), conocido por ser el creador de la madrileña ciudad lineal, pero quizá entre los amantes de los libros más por haber creado el periódico crítico-satírico urbanístico La Dictadura, editar La Ciudad Lineal. Revista de Higiene, Agricultura, Ingeniería y Urbanización y sobre todo por ser el padre del famoso librero y editor de Cruz del Sur Arturo Soria y Espionsa (1907-1980) y del no menos insigne impresor y editor Carmelo Soria (1921-1976).

Volviendo a las obras publicadas en la Biblioteca Orientalista, los pies editoriales no son tampoco muy clarificadores, pues de 1901 es por ejemplo una traducción de Ciencia oculta en la medicina, de Franz Hartmann, firmada con las iniciales A.F.G., o El poder del pensamiento, su dominio y cultura, de Annie Besant, en traducción de José Melián, que aparecen bajo el sello R. Maynadé Editor. Otra cuestión por aclarar, dada la coincidencia de los apellidos con los del matrimonio editor, es si existe alguna relación de parentesco entre el editor y su principal impresor, Joan Sallent i Prat, de Sabadell.

Lo que sí parece más claro es que la dirección de la empresa, calle de la Tapinería, 10 (no lejos de donde hoy se encuentra el Museu Picasso), estaba muy cerca del principal punto de venta de los libros, la Librería Orientalista que regentaba el matrimonio Maynadé (en Tapineria, 24) y que durante un tiempo fue frecuentada por algunos de los personajes más conocidos del modernismo catalán, como el polímata Alexandre de Riquer (1856-1920), el egiptólogo y sinólogo Eduard Toda (1855-1942), el dramaturgo Pompeu Gener (1848-1920) y el dibujante, pintor y escritor Santiago Rusiñol (1861-1931), entre otros. Sin embargo, también en la Carbonell y Esteva (en Rambla Catalunya, 118) podían adquirirse ejemplares de esta colección. Tampoco deja de ser curioso que, según constata Armando López Rodríguez a partir del epistolario, Maynadé solicitó al mencionado Arturo Soria ejemplares de los libritos que este último había ido publicando por su cuenta y riesgo para venderlos en su librería, y de que en ella se vendieron ejemplares de sus obras Origen poliédrico de las especies (1894) y Contribución al Origen poliédrico de las Especies (1896). De ese mismo epistolario procede la información de que ya ese mismo año 1901 se confeccionó un primer catálogo de publicaciones disponibles del que se hizo una primera tirada de seis mil ejemplares y se preparaba ya una segunda de doce mil.

Carmen Mateos.

A partir de 1912 (y hasta 1924) tanto Ramon Maynadé como Carmen Mateos colaboraron también con El Heraldo de la Estrella, cuyo contenido se nutría sobre todo de la traducción de conferencias, entrevistas y textos diversos de Jiddu Krishnamurti (1895-1986), y ese mismo año interviene, con el escritor y periodista masón Frederic Climent Terrer (que colaboraba en la Biblioteca Orientalista como traductor y corrector), en la creación del Instituto de Educación Integral y Armónica.

Entre enero de 1917 y abril de 1932, Maynadé figura como miembro de la junta administrativa de El Loto Blanco, que se autodefine como «Revista Teosófica. Órgano de relación entre los teósofos españoles e hispanoamericanos», y en ese mismo año 1932 aparece como colaborador de la revista Teosofía. Unos años antes, en un libro de 1928, quien llegaría a ser un editor de cierta trascendencia al frente de las Ediciones Antisectarias, Joan Tusquets i Terrats (1901-1998), describía en El teosofismo (Eugenio Subirana, Editor Pontificio) la editorial de Maynadé como uno de los pilares principales del teosofismo en Cataluña, y según dice en 1927 había publicado ya unas 150 obras. Años más tarde, en 1934, el catálogo incluía ya 268 títulos. Por el camino, en 1922, Maynadé se había convertido en vicepresidente del Consejo de la Sociedad Teosófica Española y había establecido contactos con libreros y distribuidores comerciales americanos –caso de Nicolás B. Kier en Argentina, por ejemplo– mediante los cuales lograba una mayor difusión de las obras que publicaba (aunque se desconocen los métodos de distribución).

En la extensa nómina de traductores que colaboraron con la Biblioteca Orientalista figuran la luego célebre pedagoga Maria Solà [Ferrer] de Sellarés (1899-1998), el conocido traductor de Shakespeare y Goethe Josep Roviralta Borrell, médico homeópata de profesión, el filósofo, políglota y prolífico traductor Edmundo González Blanco (187-1938), el discreto poeta Josep Plana i Dorca (1856-1914), el ingeniero y yerno de Ramon Maynadé Luis García Lorenzana y los dos hijos del matrimonio: Josefina Maynadé Mateos (1908- 1978) y Arnaldo Maynadé Mateos (no confundir con el también ocasional traductor Arnaldo Maynadé Crespo, nacido el 24 de julio de 1929).

Josefina o Pepita Maynadé, que a los catorce años vio ya publicado El tesoro de Maya, creó una amplísima obra como traductora e ilustradora, y es autora de títulos como el articulo inicial «El teósofo y el ceremonial» (publicado en El Loto Blanco en 1925), Escuela de héroes (¿1929?), Plotino, su escuela iniciática y su filosofía (1929), Los niños a través de la plástica histórica (¿1946?), etc., y al final de la guerra civil española (durante la que se vio separada de su marido Luis García Lorenzana), residió en las islas Canarias (donde publicó los poemarios A Cloris y Los silencios y colaboró en la revista feminista Mujeres en la isla) y desde 1958 en México, donde amplió sus actividades al campo de la pedagogía. En los años sesenta dirigió la no muy longeva Colección Astrología Cíclica, que se publicaba con el sello del editor catalán B. Costa-Amic, y posteriormente, en colaboración con Maria Solà Ferrer, la colección de la editorial Diana Tradición Sagrada de la Humanidad.

Su hermano Arnaldo Maynadé Mateos, en cambio, afiliado a la Rama Arjuna de la Sociedad Teosófica Española ya en febrero de 1926, dejó una huella bastante menor, aunque pueden suponerse los motivos que le llevaron a trasladarse a Chile.

Fuentes:

Armando López Rodríguez, Arturo Soria y Mata. Una biografía, tesis doctoral presentada en el Programa de Doctorado en Historia e Historia del Arte t Territorio, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2017.

Joseba Louzao Villar, «Los idealistas de la Fraternidad Universal. Una aproximación a la historia del movimiento teosófico Español, (c 1890-1939)», Historia Contemporánea, núm. 37, pp. 501-529.

Pepita Maynadé, «Don Mario Roso de Luna», El Loto Blanco, de enero 1932, digitalizado por Biblioteca Upasika en Noviembre 2003.

Vicente Penalva Mora, El orientalismo en la cultura española en el primer tercio del siglo XX. La Sociedad Teosófica Española (1888-1940), tesis doctoral, Facultat de Filosofia i Lletres de la Universitat Autònoma de Barcelona, 2013.

Jordi Pomés Vives, «Diálogo Oriente-Occidente en la España de finales del siglo
XIX. El primer teosofismo español (1888-1906): un movimiento religioso heterodoxo bien integrado en los movimientos sociales de su época», HMiC, núm 4, 2006.

José Rodríguez Guerrero, «La Alquimia en España durante el período modernista a través de sus libros», Azogue, núm 5 (2002-2007), pp. 181-223.

Susana, «Josefina Maynadé, una escritora amante de los clásicos», Huellas de Mujeres Geniales, 8 de abril de 2016.

Eliseu Trenc, «Josep Plana i Dorca, modernista, catalanista i teòsof», Anuari Verdaguer núm. 26, 2018, pp. 147-157.

 

El enigmático editor Ramon Maynadé y Chile (tirando de un hilo)

De 1942 es una cuanto menos curiosa edición de un librito firmado por la escritora feminista y socialista inglesa Annie Besant (1847-1933), La sabiduría antigua, en versión española de Rafael Urbano, en cuyo pie editorial se indica: Editorial Maynadé, Barcelona-Editorial Ercilla, Santiago de Chile.

Es bastante escaso y confuso lo que se sabe acerca del fundador de esa editorial barcelonesa, más allá de una etapa bastante concreta comprendida entre las últimas décadas del siglo XIX y la guerra civil española, pero algún rastro dejó la relación entre esta firma y Santiago de Chile, y la mencionada edición deja algunos hilos de los que tirar. El traductor, el periodista madrileño Rafael Urbano (1870-1924), había publicado ya en 1903 una Historia del socialismo. Parte antigua: la conquista utópica, así como obras de títulos tan insólitos como El papel de fumar (1908), Manual del perfecto enfermo (ensayo de mejora) (1911) o, ambos en la Biblioteca del Más Allá, El Diablo. Su vida, su poder (1922) y el prólogo, biografía y glosario que acompaña la edición de Doctrinas y enseñanzas teosóficas, de la ocultista y teósofa rusa H.P. Blavatsky (1831-1891).

Sin embargo, más interesante resulta un pasaje de las memorias del médico Eduardo Alfonso Hernán (encarcelado al fin de la guerra por su pertenencia a la Sociedad Teosófica y posteriormente exiliado en América), Mis recuerdos: «Arnaldo Maynadé (otro exiliado catalán, hermano de la simpar y cultísima Josefina Maynadé y Mateos), que tenía una editorial en Santiago [de Chile] me publicó La Religión de la Naturaleza (año 1949 [en Ercilla])». Como es fácil suponer, tanto Arnaldo como Josefina son hijos del editor que aquí nos interesa, Ramon Maynadé Sallent, casado con Carmen Mateos Prat, aunque otro dato pertinente en este caso es la edición que del libro de Josefina La vida serena de Pitágoras se publicó en 1954. El pie editorial de esta última obra indica que el libro fue diseñado por el célebre Mauricio Amster (1907-1980) –que había llegado a Chile a bordo del legendario Winnipeg como consecuencia del resultado de la guerra civil española–, y publicado por los «Talleres Gráficos de Encuadernadora Hispano Suiza, Ltda., Santa Isabel 0174, Santiago de Chile». De la colaboración de Amster con la Hispano Suiza (que en los años cincuenta y sesenta trabajó mucho para la editorial Andrés Bello o Editorial Jurídica de Chile, así como para el Círculo Literario de Chile) es también testimonio más tardío el libro colectivo Gabriel Amunategui, memoria y homenaje, publicado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales en 1961, por ejemplo, en cuya página de créditos se indica que «proyectó la edición Mauricio Amster».

Carmen Mateos.

No obstante, y pese a la experta intervención de Amster en muchos de los proyectos de la Hispano Suiza, lo cierto es que hay también testimonio de algún que otro enfado tremendo con los trabajos llevados a cabo en esos talleres, como es singularmente el caso del narrador e historiador dominicano Juan Bosch (1909-2001), quien al recibir los ejemplares justificativos de su Cuento de Navidad, escribía el 4 de febrero de 1957 al director editorial de Zig-Zag Ramón Zañartu:

A primera vista, la impresión que me produjo Cuento de Navidad no pudo ser peor. El proyectista de la impresión confundió ese libro con un estudio sobre el desarrollo de la minoría o con una tesis doctoral y escogió el tipo, la distribución de cuerpo y márgenes apropiados para trabajos de esa índole, no para un cuento infantil. Pero al proceder a la lectura la impresión se trasformó en desoladora: No hay derecho a hacer con mi cuento lo que ha hecho Zig-Zag, ni a ningún lector se le puede cobrar dinero por ofrecerle una edición plagada de errores tan graves que le hacen perder el sentido a lo escrito. Lo menos que yo esperaba de Zig-Zag es que tuviera un corrector de pruebas, no que se confiara al linotipista que compone el material.

A ello respondió como buenamente pudo Zañartu en carta del 22 del mismo mes, contando además con cierto pormenor, que es lo que aquí interesa, cómo se llevó a cabo el proceso de edición de la obra y señalando como principal responsable de las numerosas erratas detectadas por el autor a la «desastrosa» corrección de pruebas de la Hispano Suiza:

Su proyección y diagramación fue encomendada personalmente por mí a Mauricio Amster, que es el profesional más capacitado de nuestro país para esta clase de trabajos y que no solamente goza de reconocido prestigio en Chile sino que cuenta con él en el exterior.[…]

El libro fue primero acuciosamente corregido por el jefe de nuestra corrección de pruebas. Al decir nuestra corrección de pruebas me refiero a la de Zig-Zag, de la cual puedo

Mauricio Amster en 1937.

enorgullecerme porque es la mejor que existe en América y es reconocida como tal por todos los autores y editores, sin excepción alguna.

Lo lamentable del asunto es que como nuestra capacidad de impresión se encuentra muy reducida, tuvimos que hacer imprimir este libro en otra imprenta que trabaja especialmente para la empresa Ercilla.

Soy el primero en reconocer que sí tienen una corrección de pruebas desastrosa. Tal así, que no confiando en ella no solamente hago revisar los libros por nuestros correctores en galeradas, sino que también en pruebas de trozos y una vez compaginados.

Desgraciadamente, al parecer en este caso nuestras correcciones no fueron atendidas en debida forma ¿Serán las erratas tan graves como usted dice? Los talleres de la imprenta Hispano-Suiza se encuentran actualmente cerrados por vacaciones, pero se reabren el 1° de marzo próximo. Inmediatamente que esto suceda y reciba las indicaciones que usted me anuncia, haré revisar acuciosamente el original suyo con el libro impreso y cotejarlo con las notas que usted me envíe.

El doctor Eduardo Alfonso Hernán (1896-1991).

Es casi imposible y muy probablemente injusto intentar averiguar quién llevó a cabo esa corrección, pero en cambio sí conocemos algunos datos de uno de los empleados de esos talleres, el linotipista y corrector madrileño Homero García Ramos (1911-1979), quien antes de la guerra había trabajado para Espasa Calpe y era miembro de la Asociación General del Arte de Imprimir de la UGT (Unión General de Trabajadores), y que como consecuencia del resultado de la guerra se exilió a Francia y fue recluido en el campo de refugiados de Bram. Logró llegar a Chile en septiembre de 1939, también a bordo del Winnipeg, y empezó trabajando en la editorial Zig-Zag antes de hacerlo en la Hispano Suiza (donde se jubiló), al tiempo que era secretario de la sección del PSOE de Santiago de Chile hasta su muerte. En cualquier caso, resulta muy lógico que en una editorial como Ercilla, entre cuyos fundadores y directivos abundaban los peruanos miembros o afines a la APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) que se habían exiliado a Chile, encontraran buena acogida los exiliados republicanos españoles

En el año 2008 quien probablemente sea el primer gran estudioso de la historia editorial chilena, Bernardo Subercaseaux, ponía en una misma frase a Maynadé y estos talleres en un artículo publicado en la Revista Chilena de Literatura: «Maynadé, el editor barcelonés, se incorporó a Ercilla, retirándose más tarde para instalar con el suizo Hans Schwalm la imprenta Hispano-Suiza, en que se imprimían parte de los libros de la editorial [Ercilla]».

Logo de Editorial Ercilla.

Por otro lado, el teósofo valenciano Salvador Sendra –fallecido en Puerto Rico en 1991, pero que desde la editorial mexicana Orión había proporcionado trabajos bien remunerados a exiliados republicanos como Joquím Xirau o Luis Santullano– relató de la siguiente manera su reencuentro en Chile con el hijo del editor Ramón Maynadé, a quien atribuye además responsabilidades de gerencia en Ercilla ya en los años cuarenta:

A instancias del amigo Arnaldo Maynadé, hijo de don Ramón Maynadé y hermano de Pepita Maynadé –la culta escritora española–, todos viejos amigos de Barcelona, en 1940 acepté realizar un viaje por Latinoamérica por cuenta de una empresa de libros chilena de la cual mi amigo Arnaldo era gerente.

Y a todo ello aún pueden añadirse algunos datos más que llevan a cuestionarse qué papel desempeñaron padre e hijo Maynadé en la industria editorial chilena, a tenor de la investigación llevada a cabo por José Rodríguez Guerrero, quien anota en «La Alquimia en España durante el período modernista a través de sus libros»:

Su hermano [de Josefina Maynadé i Mateos] Arnaldo Maynadé i Mateos fue acusado de delito de masonería en 1944 por su pertenencia a la Logia Inmortalidad de Barcelona. Se exilió a Chile, donde llegó a ser Venerable Maestro en la Logia Iberia nº 51. Su expediente se conserva en: Salamanca, Archivo de la Guerra Civil Española, Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y del Comunismo, nº 10797.

Al mismo Arnaldo Maynadé lo describe Sebastián Jans (Gran Maestro de la Gran Logia de Chile) como «imprentero», además de como Venerable Maestro de la logia chilena Iberia 51. Así, pues, parece que habrá que seguir tirando de ese hilo para deslindar a los dos Maynadé y afinar su relación con Ercilla y con los talleres de la Hispano Suiza.

Fuentes:

Eduardo Alfonso y Hernán, Mis recuerdos, Madrid, Edición del Autor en Imprenta Europa (colección Sagitario), 1986

Rafael García Romero, «Juan Bosch: cartas escritas en el exilio», blog del autor, 10 de julio de 2014.

Sebastián Jans, «Presentación del libro Desde el silencio, verso a verso», blog personal de Sebastian Jans, 18 de julio de 2012.

José Rodríguez Guerrero, «La Alquimia en España durante el período modernista a través de sus libros», Azogue, núm 5 (2002-2007), pp. 181-223.

Salvador Sendra, Impacto de Krishnamurti. Respuestas de España, Portugal e Hispanoamérica, México, Orión, 1987.

Bernardo Subercaseaux, «Editoriales y círculos intelectuales en Chile, 1930-1950», Revista Chilena de Literatura, núm 72 (abril de 2008), pp. 221-233.