A Agustín Paz, todo facilidades.
El 13 de septiembre de 1941 se anunciaba en las páginas de la revista barcelonesa Destino:
Va a publicarse en Barcelona una nueva colección literaria bautizada con el nombre de Las Quintaesencias. Es intención de los editores recoger en ella lo más selecto del pensamiento universal. Síntoma de su buena orientación lo constituye el hecho de que el primer volumen de esta serie esté dedicado a G.K. Chesterton, el gran polemista católico fallecido hace poco tiempo.
La iniciativa, puesta en marcha por José Janés en sus Ediciones de La Gacela, nacía con una encomiable ambición que se reiteraba en el texto de solapas en que se describía el proyecto:
El pensamiento de los más grandes escritores de todos los tiempos, precedido de un extenso ensayo sobre su vida y su obra. La edición totalmente impresa a dos tintas y bellamente encuadernada en tela, va ilustrada por un retrato y más de cien grabados originales y exclusivos para cada volumen. Una biblioteca única por su ambición y por su presencia.

Las Quintaesencias de Tagore, preparadas por Pedro López Ferret (a quien ese mismo año publicaba Janés su traducción de las Memorias del Rey Sol en La Gacela), fueron el último título aparecido de un proyecto asombrosamente ambicioso para los tiempos que corrían.
Los ciertamente extensos ensayos introductorios son en muchos casos valiosos por sí mismos y los firman a menudo escritores y críticos solventes y bien informados (Lluis Palazón, José M. Camps, Pedro López Ferret, Maurici Serrahima), del mismo modo que las ilustraciones son obra de artistas igualmente apreciables, de Joan Narro a Joan Commeleran y de Enric Cluselles a Pedro Pruna.
Quizás el primer atisbo de esta excelente colección de libritos de 17,5 x 11 cm encuadernados en tapa dura, con sobrecubierta y profusamente decorados pueda localizarse en las declaraciones que en 1935 hacía Janés a Josep Palau i Fabre en una entrevista aparecida en el periódico La Humanitat el 21 de noviembre: “También queremos hacer unas antologías de autores. Es decir, una selección de los mejores fragmentos en prosa de cada autor”. Un proyecto que no pudo llevar a cabo, pero del que durante la guerra civil parece deudora su Presència de Catalunya. [Per al soldat català de l´Exèrcit de la Repúbica], publicada en los Serveis de Cultura al Front en 1938 y que recogía pasajes de destacados autores catalanes de las más diversas épocas y estilos.
Sin embargo, un antecedente más cercano es la serie de Pensamientos que en 1940 Janés había programado en la colección Euro con Pensamientos sobre el amor (firmados por un José Aguirre que no es sino un seudónimo que Janés había empleado también como traductor) y Pensamientos sobre la mujer (a cargo de S. Pascual Catán), que finalmente aparecieron también en Ediciones de La Gacela.

Primera página del prólogo de José M. Camps a Las Quintaesencias de Shaw, ilustrado por Joan Commeleran.
En el mismo momento en que arranca la colección Las Quintaesencias, aparece una referencia en el epistolario de Eugenio d´Ors a Oliver Brachfeld en el que se menciona el ensayo que el traductor húngaro está preparando para esta colección acerca del autor de las glosas (carta de Ors a Brachfeld del 3 de octubre de 1941), que sin embargo, como tantos otros títulos, no llegó a publicarse.
Las memorias de Maurici Serrahima ponen en la pista de otro volumen que no llegó a publicarse, el dedicado a Marcel Proust, cuyo estudio introductorio prevé que la censura no aceptará, y efectivamente así fue:
Hoy, lunes de Pascua, he acabado el prólogo para la selección de pensamientos de Proust que he hecho por encargo de Janés, destinada a la colección Las Quintaesencias y análoga a la que hice el año pasado sobre los de Chesterton. También la he firmado con el seudónimo Ramon Setantí por ahora y mientras el catalán no sea permitido. Janés me dijo que temía que la censura no dejara pasar el libro –Proust no es persona grata– y en el prólogo he tenido que esforzarme para ser a la vez justo e insinuar la existencia de los aspectos referentes a las anomalías sexuales a cualquier lector incauto. El prólogo diría que es más denso que el del Chesterton, que hice un poco deprisa y corriendo. [anotación del 6 de abril de 1942, la traducción es mía]
Aun así, otra de las más famosas colecciones españolas dedicadas al género aforístico (Aforismos, de Edhasa) la encabezó con el número 1 precisamente Proust (Máximas y pensamientos, extraídos de su obra En busca del tiempo perdido, compilados por Carles Besa y traducidos y prologados por Lluís Mª Todó).
Se publicaron en total en Las Quintaesencias seis títulos, tres en 1941 y otros tres en 1942, pero aparte de los ya mencionados de Ors y Proust, quedaron pendientes y anunciados como en preparación los dedicados a D´Annunzio, Nietzsche, Leopardi, Unamuno, Ortega y Gasset y Oscar Wilde, sin que sepamos, con la información de que disponemos por ahora, quiénes se estaban ocupando de ellos si efectivamente se había empezado a trabajar en estas compilaciones. Es posible que en los casos de Unamuno y Ortega los proyectos se frustraran por oposición de los derechohabientes, pues en respuesta a la «Carta abierta a José Janés» que Rafael Borràs Betriu publicó en 1954 en Estilo (núm. 5), Janés le explicó que sus intentos por publicar alguna obra de Baroja, Unamuno, Valle Inclán y Vicente Blasco Ibáñez habían chocado con la oposición de las editoriales propietarias de los derechos.
En consonancia con la exquisitez de la propuesta (publicar lo más selecto de los autores más importantes), el diseño del libro parece cuidado en todos los detalles: encuadernación en tapa dura (en la que el logo aparece estampado en seco en el frontal y el lomo decorado a color), sobrecubierta ilustrada y con amplias solapas, una maqueta con amplísimos márgenes con ilustraciones en las capitulares, con cabeceras y folios a color, profusión de ilustraciones decorativas (en el caso de Shaw, unas 200 en sólo 150 páginas), una atinada y agradable disposición del texto…, pequeñas obritas de arte llenas de encanto.
Quizás algunas de las frases más célebres de Chesterton, Mauriac o Shaw bien se puedan hoy tuitear (véase en particular @ChestertonQuote o, en el caso de las del propio Janés, #JanésEditor), y sin duda algunas de ellas resultan muy ingeniosas y atinadas, pero es evidente que el texto por sí solo no constituye el contenido, ni el mensaje, ni la esencia de esta breve colección janesiana publicada en los tiempos más sombríos del franquismo. Y aun así, quizás haya quien se podría plantear hacer una edición electrónica de estos libros…
Títulos publicados en Las Quintaesencias:
[Gilbert K.] Chesterton, estudio y selección de Ramón Setantí [Maurici Serrahima], viñetas de Enrique Clusellas, 1941.
Paul Valery, estudio y selección de L. I. Beltrán[Lluis Palazón i Bertran], viñetas de J. Narro, 1941.
Rainer Maria Rilke, estudio, selección y traducción de Jaime Bofill y Ferro, viñetas de Pedro Pruna, 1941.
André Maurois, estudio y selección de L. I. Beltrán [Lluis Palazón i Bertran], viñetas de Planas Bach, 1942.
George Bernard Shaw, estudio y selección de José M. Camps, viñetas de Juan Commeleran, 1942.
Rabindranath Tagore, estudio y selección de Pedro López Ferret, viñetas de N. Miralles, 1942.
Fuentes:
Rafael Borrás Betriu, La batalla d Waterloo. Memorias de un editor, Barcelona, Ediciones B, 2003.
Maurici Serrahima, Memòries de la guerra i de l´exili. 1936-1940, vol. II (1938-1940), Barcelona, Edicions 62 (Biografies i Memòries 4), 1981.
Maurici Serrahima, Del passat quan era present I (1940-1947), Barcelona, Edicions 62, 1972. Tomo la cita del libro de Montserrat Bacardí, La traducció catalana sota el franquisme, Lleida, Punctum-TRILCAT-GETCC (Quaderns 5), p. 107.
Fons Férenc Oliver Brachfeld del Arxiu Nacional de Catalunya.
Josep Palau i Fabre, El monstre, Obra Literària Completas II, Assaigs, articles i memòries, Barcelona, Cercle de Lectors-Galaxia Gutenberg, 2005.