Un vademécum de la edición y la publicación

NOTA: Esta reseña fue publicada originalmente en catalán en el Blog de l’Escola de Llibreria de la Facultat d’Informació i Mitjans Audiovisuals de la Universitat de Barcelona el 20 de diciembre de 2021.

Se dice a menudo que el sector editorial vive en un estado de crisis permanente y probablemente sea cierto, pero lo que es indudable es que en las últimas décadas se ha visto sometido a una serie de convulsiones —que han afectado a los derechos de autor, a la distribución, a la venta, etc.— como consecuencia del progresivo avance y divulgación de internet, la digitalización y la inteligencia artificial. Entre muchas otras virtudes, Los fundamentos del libro y la edición, presentado como un «Manual para este siglo XXI», identifica muchas de estas convulsiones, las historia e incluso propone algunas recetas para evitar que el sector prosiga su camino hacia el abismo.

Conviene poner por delante desde el primer momento que es evidente la influencia de los dos editores del libro en el resultado final. El editor Michael Bhaskar ha trabajado en diversas editoriales, fue uno de los fundadores de la editorial digital y de libros de bolsillo Canelo y ha explorado el campo de la inteligencia artificial como consultor de Deep Mind, pero es conocido sobre todo por sus libros The Content Machine: Towards a Theory of Publishing from the Printing Press to the Digital Network (2013) y Curation: The Power of Selection in a World of Excess (2016) (publicados ambos en español por el Fondo de Cultura Económica, los años 2014 y 2017, respectivamente). Por su parte, Angus Phillips, editor de la revista sobre el sector editorial Logos, ha tenido una carrera estrechamente vinculada a la edición universitaria y es autor de Turnig the page. The evolution of the book (2014) y, con Gikes Ckark, de un libro que ya es casi un  clásico reiteradamente revisado, actualizado y editado, Inside Book Publishing (1988; sexta edición, 2019). Este profundo arraigo en la industria editorial británica, y en su estudio, de los ediores del libro propicia una mirada que podemos definir como predominantemente anglocéntrica, en el sentido de dirigir la mirada más hacia el estado de la edición en Australia, por ejemplo, que en Francia, Portugal o Italia, o a poner como epónimos de los grandes grupos editoriales a Penguin Random House, Pearson o Harper Collins, pero en ningún caso a Planeta o Santillana. De todos modos, aun siendo relevante e ilustrativo, esto no es ningún inconveniente en cuanto al interés y utilidad de este libro, porque, al fin y al cabo, los antecedentes, la historia, los rasgos esenciales, los problemas y los retos que afronta actualmente la industria editorial son bastante similares en casi todo el mundo.

Michael Bhaskar en 2017.

Conviene hacer aún otra nota previa antes de entrar en materia, referente en este caso al todavía no resuelto sentido vago o demasiado amplio del término «edición» tanto en español como en otras lenguas románicas, que no permite deslindar claramente las tareas y responsabilidades de la publicación (el publishing en inglés), que afecta predominantemente a la selección de textos o de contenidos, y a la edición propiamente dicha (editing), que aplicada a los textos sería todo el proceso de modificación, adaptación, corrección, etc., es decir, a las sucesivas mejoras a las que es (o era) sometido el texto antes de su publicación. En este sentido, es significativo que el título original sea The Oxford Handbook of Publishing.

El volumen se estructura en tres grandes partes («La edición en su contexto», «Las dinámicas de la edición» y «La edición en la práctica»), precedidas, en la edición española, de un prefacio de Carlos A. Scolari y una introducción de los editores, y seguidas de una coda, también a cargo de Bhaskar y Phillips, donde se atreven a hacer una cierta prospección del futuro de la creación textual, del mundo del libro y de la lectura. Este manual se aplica, pues, a intentar resolver uno de los problemas más complejos a la hora de afrontar el estudio del sector editorial, que es la diversidad de vertientes que este presenta: tecnológica, económica, social, cultural, etc., y dentro del ámbito de la investigación en lengua inglesa recorre a especialistas de gran prestigio: la editora y profesora Alison Baverstock (cofundadora del Máster en edición de la Universidad de Kingston), Frania Hall (directora del Máster en Edición del London College of Comunication), Paul Luna (que dirigió el Máster en Diseño de Libros en la Universidad de Reading), Mira T. Sundara Rajan (investigadora en derecho de la propiedad intelectual y directora del máster en esta materia en la Universidad de  Glasgow), John B. Thompson (profesor de sociología en la Universidad de Cambridge y autor del muy influyente Los media y la modernidad: una teoría de los medios de comunicación y más recientemente de Las guerras del libro: edición y revolución digital)…

Angus Phillips en 2019.

Si bien cada uno de los veinticinco capítulos de los que se compone el libro constituye por sí mismo una magnífica y rigurosa introducción a un aspecto concreto y podemos aventurar que posiblemente algunos de ellos se convertirán en textos de referencia en una materia concreta, es muy frecuente —como quizá no podía ser de otra manera— que se establezca un diálogo entre los diversos capítulos y que una misma cuestión o problema lo encontremos tratado desde perspectivas distintas, por ejemplo; en particular, entre los textos incluido en la primera y segunda sección del manual. O, dicho en otras palabras, no estamos ante una recopilación o una antología de textos, sino ante un libro verdaderamente colectivo, muy bien meditado y planificado y que responde a unas intenciones y vocación muy bien definidos: «[que] sea de utilidad tanto para quienes estudian edición en el entorno universitario, como para aquellos profesionales interesados en estar al día de la vanguardia de su sector y disciplina». Es atrevida pero acaso no falsa por completo la ambiciosa afirmación de los editores en su introducción: «Con este volumen el estudio de la edición llega a la mayoría de edad».

Es casi imposible aquí ni siquiera la mención de los títulos de todos los textos: se puede ver el amplio índice aquí:

Aliston McLeery.

Pero sí vale la pena destacar algunas ideas interesantes, aun cuando en este caso, inevitablemente, la selección depende mucho de los intereses personales, Así, por ejemplo, Alistair McLeery establece un análisis comparativo entre la historia del libro (book history) y la historia de la edición y de la industria editorial (publishing studies), que resulta muy oportuna e ilustrativa en el caso de los estudios sobre estas materias en el mundo hispánico, que todavía parece estar buscando la manera idónea de articular unos estudios que inevitablemente han de ser transversales. En el mismo sentido, resulta muy útil la mirada amplia y transnacional que se pone de manifiesto en el texto de de Sundara Rajan sobre un aspecto tan fundamental como lo son los derechos de autor en el mercado editorial, y que diversas colaboraciones en este mismo libro confirman como uno de los capitales más importantes de los que disponen las empresas editoriales, en particular desde el momento en que aumentan muy notablemente las obras derivadas de libros (ya sean películas, series audiovisuales, versiones en audio, videojuegos…). Desde este punto de vista, es evidente que el publishing va mucho más allá y engloba muchos más aspectos que el editing (e incluso que el libro).

John B. Thompson.

En cuanto a los textos reunidos en la segunda parte, ofrecen unas esmeradas introducciones, muy descriptivas, a una amplia cantidad de temas sobre la configuración de la industria editorial, sobre diverses tipologías y su vertiente más económica: desde «Economía de la edición» y «Estrategias en la industria editorial», ambos a cargo del profesor de márquetin Albert N. Greco, hasta «La edición académica», de la editora de la serie Elements de la Cambridge University Press Samantha J. Rayner, y «La edición educativa», de los profesores de la Universidad de Liubliana Miha Kovač y Mojka K. Šebart. Un repaso muy completo a algunas de las tipologías de edición muy específicas con problemas y rasgos muy distintivos.

«La edición en la práctica» es quizá la parte más próxima al presente y por consiguiente la más susceptible de sufrir con el paso de tiempo una cierta obsolescencia, pero cubre también un espectro muy amplio del tema («Estructuras organizativas en la industria del libro», «Edición y tecnología», «Bibliotecas», «Librerías»…), y tiene además el valor de ir salpicada con algunas ideas sobre las direcciones que puede tomar el sector en los próximos años.

Alison Baverstock.

Aun así, la parte más prospectiva del libro es la ya mencionada «Coda», que forma un solo texto firmado por los editores, y «El futuro de la edición», que inicialmente puede interpretarse como una auténtica distopía —de la cual sería injusto para los posibles lectores hacer un spoiler— pero que contiene también una cierta dosis de optimismo según la idea que el lector se haya formado de qué es un libro y, sobre todo, de qué es la edición.

Hace unos veinte años, en 2001, W.W. Norton & Co. publicaba el espléndido libro del editor Jason Epstein Book Bussines: past, present and future, (en español a Anagrama: La industria del libro. Pasado, presente y futuro de la edición), y este título le cuadraría incluso mejor que al de Epstein (más personal y breve) a esta joya colectiva que viene a acrecentar el prestigio de una excelente colección sobre el mundo del libro como es Tipos Móviles, de Trama Editorial.  

Angus Phillips y Michael Bhaskar (eds.). Los fundamentos del libro y la edición: manual para este siglo XXI, traducción de Íñigo García Ureta, Madrid, Trama(Tipos móviles; 33), 2021.

Primeras páginas, que incluyen el índice y, parcialmente, la introducción de los editores, pero no el prefacio de Scolari:

El papel de la propiedad intelectual en la historia de la edición

De ambición y valentía ya había dado muestras Trama Editorial en diversas ocasiones, y de hecho crear una colección como Tipos Móviles bien pudiera parecer un disparate pero el caso es que ha sobrepasado la treintena de títulos después del inicial El nuevo paradigma del sector del libro (2013), de Javier Jiménez y Manuel Gil y hoy agotado. Con todo, con la edición del voluminoso y completísimo libro colectivo Los fundamentos del libro y la edición. Manual para este siglo XXI, a cargo de Michael Bhaskar y Angus Philllips y traducido por el activo bloguero Íñigo García Ureta, Trama ha vuelto a poner de manifiesto su coraje al ofrecer al lector en lengua española un libro magnífico pero destinado a lectores muy exigentes y militantes publicado originalmente en inglés con el título The Oxford Handbook of Publishing (Oxford University Press, 2019).

Entre los muchos textos interesantes que contiene el volumen, el profesor Alistair McCleery, director del Centro Escocés del Libro creado en 1995 en el seno de la Universidad Napier de Edimburgo, dedica uno a los objetivos y la naturaleza de la historia de la edición y a cómo esta ha ido cambiando de rumbo, de objetivos y de intereses, a menudo en función de la cambiante percepción que se ha ido teniendo de qué es un editor y qué es lo que caracteriza su actividad. Objetivos parecidos a esos fueron los que animaron las jornadas de debate que en noviembre de 2016 protagonizaron un grupo de estudiosos españoles, argentinos y mexicanos y que cuajarían finalmente en la publicación en la editorial Trea de Pliegos alzados. La historia de la edición, a debate (2020), con resultados muy diferentes pero en muchos aspectos complementarios. Asimismo, este texto de McCleery dialoga y se complementa sobre todo con otros dos incluidos en Los fundamentos del libro y la edición, el de la profesora de literatura Simon Murray («Autoría») y el de la investigadora, profesora y consultora en derecho de autor Mira T. Sundara Rajan («Derechos de autor y edición»), ambos también muy jugosos.

Alistair McCleery.

Empieza McCleery por destacar el hecho singular que supone el interés que, a diferencia de otras industrias (incluso entre las culturales), las editoriales han tenido por narrar su propia historia en forma de libro («Las editoriales son instituciones vanidosas» es el potente y provocativo arranque del texto de McCleery). Los lectores españoles pueden dar buena fe de ello, y el hecho de que sean las propias editoriales quienes publican el relato de sus trayectorias (como fue también el caso en Argentina con Editar desde la izquierda en América Latina, por ejemplo, sobre Siglo XXI) generan la sensación inevitable entre quienes se acercan a ellos de que deben evaluarlos con cierto recelo o precaución, no sólo por lo que cuentan y cómo lo cuentan sino también —o tal vez sobre todo— por lo que ocultan o sobre lo que pasan de puntillas. Y no se trata de libros más o menos memorialísticos, que es habitual que se publiquen en las editoriales de los propios interesados (aunque haya excepciones, como El observatorio editorial de Herralde en Adriana Hidalgo o, del mismo autor, las Opiniones mohicanas en Acantilado). Los ejemplos de volúmenes que más o menos vienen a narrar la historia de una editorial o un editor españoles y firman personas distintas a las implicadas pero se publican en la empresa de los interesados son abundantísimos y van mucho más allá de los libros conmemorativos (donde eso sería más comprensible): El oficio de editor de Jaime Salinas en Alfaguara, El cavaller Floïd (sobre Joan B. Cendrós) de Genís Sinca en Proa, Los papeles de Jorge Herralde de Jordi Gracia en Anagrama, Por el gusto de leer de Juan Cruz sobre Beatriz de Moura en Tusquets…

El objetivo declarado de McCleery es explorar «la naturaleza de la historia de la edición» y tratar de distinguirla de «una historia de libros más amorfa y elástica», de la que considera que ha acabado por convertirse en un subconjunto. Además, por una parte «pretende compensar las expectativas autocomplacientes de las historias de las editoriales y, por otra, corregir un desequilibro: el modo en que la historia de la edición se ha desplazado del centro de la actividad académica para acabar en su periferia.»

Para ello, toma como modelo bastante útil e ilustrativo el de HarperCollins, en cuya historia, en un alarde de desfachatez hiperbólico, se arroga como orígenes la de empresas y sellos, «sin importar cuán recientemente han sido adquiridos». Ahora bien, entre los que en lo que llama «la historia ortodoxa» de la edición se han señalado a posteriori como pioneros de la figura del editor evoca (y descarta como tal) a Tito Pomponio Ático, asesor de Cicerón en cuestiones librescas, y que ha dado nombre a algunos proyectos relacionados con el libro (Atticus Booksm, Atticus Bookstore) con el evidente propósito de empaparse de algo de su prestigio o nobleza. Sin embargo, no parece en absoluto claro que Ático actuara como lo que hoy entendemos como publisher o como editor (y el hecho de que en español se use en ambos casos editor no deja de ser un engorro, y, hay que suponer, una traba para Íñigo García Ureta) y en cualquier caso supone aplicar al pasado categorías sólo muy recientemente creadas e inexistentes e inadecuadas cuando se aplican a un pasado tan remoto en el que los sistemas de producción, divulgación y distribución de textos eran tan conceptualemte diferentes a los de nuestros tiempos.

También descarta al segundo candidato, Aldo Manuzio, cuyo logo ha servido de inspiración a muchísimas editoriales en todos los ámbitos lingüísticos (basten como ejemplo, en el ámbito hispánico, el de Barral Editores y los de las colecciones Áncora y Delfín de Destino, Seis Delfines y Áncora de Salvación de Tartessos o la Dolphin Books de Joan Gili i Serra). Incluso un editor tan prestigioso como Roberto Calasso (1941-2021) ha recurrido al ejemplo de Manuzio, en una operación que McLeery juzga como una estrategia autocomplaciente que identifica la realidad con la aspiración, cuando el rasgo que éste considera como el principal de Manuzio es su carácter de innovador tecnológico; en otras palabras: de tecnólogo.

Añade a este desenfoque que supone observar y juzgar el pasado con ojos del presente el eurocentrismo como argumento adicional para descartar estos modelos, y dedica su atención luego a la importancia de las innovaciones chinas, tanto en la creación de tinta como en la de papel y en la de impresión, para acabar identificando como las primeras empresas destinadas a la edición (publishing) las imprentas de Plantin-Moretus, fundada en Amberes en 1564, y de Lous Elzevir, creada en Leiden en 1580, pues su propósito y actividades sí están más en consonancia con las de las empresas editoriales de nuestro tiempo, pero, atendiendo al desequilibrio entre publicación de novedades y de reimpresiones, McCleery identifica como «el comienzo de la historia editorial per se» el momento en que se introduce «la propiedad intelectual como un principio exigible», pues su concepción de la labor editorial se identifica muy estrechamente con el comercio de propiedad intelectual, al margen de que este comercio acabe materializándose en forma de libro impreso, de archivo de bites o de cualquier otra forma.

A partir de ese momento, el texto hace un recorrido por la historia paralela de la propiedad intelectual y las industrias basadas en ella que resulta muy sugerente y que nos llevan no sólo hasta el presente sino también un poco más allá, pues, en palabras de McCleery:

Sólo en el contexto de la «propiedad» intelectual sobreviven y prosperan las habilidades y conocimientos acumulados en el mundo de la edición durante los últimos tres siglos. […] A su vez, la supervivencia de la industria editorial contemporánea, que ahora forma parte de las estructuras generales de los medios de comunicación, dependerá de la supervivencia del concepto de propiedad intelectual y de su continua aplicación (desde 1710) en la legislación.

Alistair McLeery, «Historia de la edición», en Michael Bhaskar & Angus Phillips, eds., Los fundamentos del libro y la edición. Manual para este siglo XXI, traducción de Íñigo García Ureta, Madrid, Trama Editorial, 2021, pp. 39-59.

Fernando Larraz, Josep Mengual, Mireia Sopena, eds., Pliegos alzados. La historia de la edición, a debate, prefacio de Gonzalo Pontón, Gijón, Ediciones Trea, 2020