Con motivo de la Feria Internacional del Libro de La Habana, en el año 2010 se reeditó uno de los libros infantiles más exitosos en la isla, Había una vez…, en esa ocasión con la participación de una treintena de ilustradores entre los que se contaban Bladimir González, Vicente Rodríguez Bonechea y Yahilis Fonseca.
El libro aparecía firmado por el pedagogo de origen español Herminio Almendros (1898-1974), que se había estrenado como autor en tiempos de la Segunda República Española. Poco después de aparecer en las Publicaciones de la Revista de Pedagogía su primer libro, La imprenta en la escuela. La técnica Freinet (1932), Almendros se encontraba en Arán formando parte de una de las célebres Misiones pedagógicas con su compañero Alejandro Rodríguez (1903-1965), cuando se enteraron de que ambos habían planeado presentar candidatura al Premio Nacional de Literatura de ese año con las adaptaciones de cuentos tradicionales y folklóricos que acababan de leer para los habitantes de la zona. Ante semejante coincidencia, Herminio Almendros decidió desistir, y su compañero, que firmaba entonces como Alejandro Rodríguez «Casona», obtuvo el galardón con Flor de Leyendas, que publicó Espasa Calpe en 1933 con ilustraciones de Francisco Rivera Gil (1899-1972) y desde entonces se reeditó en numerosas ocasiones e ilustrado por firmas tan insignes como Faustino Goico-Aguirre (1906-1987) o Gori Muñoz (1906-1978).
Por su parte, Almendros publicó su Pueblos y leyendas en la barcelonesa Seix Barral, que la reimprimió también en numerosas ocasiones si bien más adelante Almendros le cambiaría el título por el de Oros viejos.
Al término de la guerra civil, durante la que había participado en el Consell de l’Escola Nova Unificada y en la Comissió Tècnica de Material Escolar i Pedagògic de la Generalitat de Catalunya, Herminio Almendros cruzó los Pirineos en compañía de su amigo Josep Ferrater Mora (1912-1991), dejando en Barcelona a su familia (con la que tardaría diez años en rencontrarse). Poco después, ayudado por Casona, se embarcó con destino a Cuba, donde no se le reconocieron sus titulaciones y tuvo que cursar estudios en la Universidad de Oriente en Santiago, de donde en 1952 se doctoró con una tesis sobre La inspección escolar. Sin embargo, ya en los años cuarenta impartió clases en la Escuela José Miguel Gómez y en la Escuela Libre de La Habana, para después intentar crear un colegio en el Vedado, asociado a los exiliados españoles Francisco Alvero Francés (1904-1989), con quien elaboró diversos libros de enseñanza de lengua española, y Julio López Rendueles (1893-1986) que tuvo corta duración. También en esos años se dedica a la traducción de textos pedagógicos para la Editorial Cultural S.A. (surgida en 1926 de la unión de las librerías Cervantes de José López Serrano y la del español Ricardo Veloso La Moderna Poesía).
En colaboración con Ruth Robés Massés, habían creado con el apoyo de la Editiorial Selecta Ronda: la revista de los niños, que inicia su andadura en octubre de 1941 pero desaparece al año siguiente. Formada en la Escuela Normal para Maestros, Ruth Robés llegaría con el tiempo a ser directora de la escuela municipal femenina Alfredo M. Aguayo, pero el advenimiento de la revolución truncaría esa trayectoria.
Existen unos cuantos libros escritos a cuatro manos por Herminio Almendros y Ruth Robés Massés. De 1949 es Salud y seguridad, un curso de higiene y fisiología humanas para cuarto grado y del año siguiente el título equivalente para quinto grado, ambos publicados en la robusta Editorial Cultural S.A. Mayor interés para lo que nos atañe aquí tiene la anterior Cuentos y poemas para la escuela (1945), publicada por la misma editorial.
El año siguiente Herminio Almendros y Ruth Robés publican, ilustrado por la maestra y librera Rebeca Robés Masses, lo que Omar Felipe Mauri Sierra calificó como «el mayor best seller de los niños cubanos», Había una vez…, una amplia selección de textos de tradición oral que inicialmente fue contratado por la Cultural con el título Cuentos y poemas para la escuela (se publicó con el subtítulo «Cuentos y poemas para el hogar y la escuela»), lo cual quizás explique que a menudo esa primera edición se haya pasado por alto.
Lo sorprendente —o en realidad no tanto— es que después de la quinta edición (de 1960), el nombre de Ruth Robés desaparece de las cubiertas de las ediciones de este libro, si bien hay constancia de que recibía los derechos de autor que le correspondían. Sin duda, es un peculiar caso de censura que recayó sobre la obra de Robés, pero no el único y tampoco resulta fácil de explicar.
Uno de los cuentos originales más conocidos de esta autora, «Las navidades de Higinio», se había incluido en el volumen colectivo Navidades para un niño cubano, una amplia recopilación de piezas teatrales, cuentos y poemas publicada por la Dirección General de Cultura el 15 de diciembre de 1959 (recién derrocado Batista). En este relato se pone de manifiesto ya el contraste entre los años republicanos y los revolucionarios, y se alude directamente a «la lucha contra la tiranía asesina», pero aun así la autora se vio impelida a exiliarse a Estados Unidos y su nombre desapareció del exitoso Había una vez…, mientras que la mencionada compilación navideña desapareció rápidamente y no volvió a ser reeditada (acaso por su excesiva connotación religiosa a ojos de las nuevas autoridades culturales).
Por su parte, el exiliado republicano español Herminio Almendros prosiguió su labor tanto en el campo de la pedagogía como en el de la creación literaria, pero además, mientras Había una vez… iba reimprimiéndose a su nombre, en 1962 Armando Hart Dávalos le nombra director de la Editorial Juvenil, adscrita a la Editorial Nacional de Cuba, y ocupó este cargo hasta la desaparición de ésta en 1967 (cuando se reconvirtió en la Editorial Gente Nueva) y además publicó en ella Pasteur y Finlay (1963), Cuentos de animales (1963), Cosas curiosas de la vida de algunos animales (1964), Estupendas excursiones de los animales (1964) y El gallo de boda (1965). Se trataba del primer sello en Cuba dedicado en exclusiva a la literatura destinada a niños y jóvenes, y difícilmente podría encontrarse profesional más cualificado para poner al frente de la misma.
Se ha señalado como modelo o referencia de la labor llevada a cabo por Almendros en esta editorial La Edad de Oro, una revista infantil de la que entre julio y octubre de 1889 habían aparecido apenas cuatro números (si bien en 1921 se había publicado en volumen en Costa Rica), pero cuyo autor único se encontraba entre los mayores intereses de Almendros: el escritor y político cubano José Martí (1853-1895). Entre otros textos dedicados a Martí, en1956 la Universidad de Oriente le había publicado a Almendros A propósito de «La Edad de Oro», de José Martí. Notas sobre la literatura infantil, y en 1959 el Ministerio de Cultura En torno a la Edad de Oro, de José Martí (como cuarto número de las Publicaciones para Maestros).
Con el objetivo de poner al alcance de niños y jóvenes lo más selecto de la tradición narrativa universal, Almendros creó un notable equipo del que formaron parte entre otros Renée Méndez Capote, que tradujo y adaptó el Ivanhoe (1965) de Walter Scott y adaptó El último de los mohicanos (1966), de Fenimore Cooper, además de publicar su propia obra (Relatos heroicos en 1965 y Dos niños en la Cuba colonial al año siguiente); Anisia Miranda, autora de Becados (1965) y Mitos y leyendas de la antigua Grecia (1966), antes de convertirse en destacada colaboradora del semanario infantil Pionero (1966-1967); o el periodista y prolífico corrector nacido en la ciudad catalana de Mataró José Elizalde Manent (1902-1988), que firmaba como Santiago Velasco (ocasionalmente como J.E. Manent) y que en los años cuarenta había dirigido la revista Combate (órgano de la Asociación de Excombatientas Antifascistas Revolucionarios) y en los cincuenta había sido el administrador de la revista ácrata Estudios. Mensuario de la Cultura, cuyo consejo de redacción incluía a Marcelo Salinas, Abelardo Iglesias y Roberto Bretau. En 1944, Santiago Velasco había sido uno de los fundadores de la Alianza de Intelectuales Antifranquistas de Cuba, junto con el periodista José Luis Galbe (1904-1985), el poeta y escritor Juan Chabás (1900-1954) y el propio Herminio Almendros.
Fuentes:
Néstor Almendros, «Perseguido en España, olvidado en Cuba», El País, 13 de marzo de 1986.
Sergio Andricaín y Antonio Orlando Rodríguez, «Apuntes sobre la censura de autores y libros de literatura infantil en Cuba (1960-1985)», MiauBlog, Literatura, lectura, libros para niños y jóvenes, 15 de septiembre de 2022.
Maritza Carrillo Gibert, «Vigencia de Herminio Almendros en la tradición pedagógica cubana», en la web de la Asociación Cultural Torre Grande Almansa, 7 de octubre de 2007, pp. 125-133.
Carmen Diego Pérez, «Las bibliotecas del Patronato de Misiones Pedagógicas en la provincia de Palencia: dotación y depuración de fondos», segunda parte de «Un caso paradigmático de represión cultural: Depuración de bibliotecas escolares en la provincia de Palencia durante la guerra civil española», Represura, núm 7 (2011).
Jorge Domingo y Róger González, Sentido de la derrota. Selección de textos de escritores españoles exiliados en Cuba, Bellaterra, Associacio d’Idees-Gexel, 1998.
José Gómez Cortés, «Herminio Almendros y la generación del 27. Algunas cartas inéditas desde su exilio cubano», web del I.E.S. Herminio Almendros de Almansa.
Jesús Gómez Cortés, Antoni Petrus Rotger, Isabel Cantón Mayo y Martí Teixidó Planas, «Centenario de Herminio Almendros. Un personaje del pasado, una figura del presente, una referencia para el futuro», número monográfico de los Cuadernos de Estudios Locales de Almansa, núm. 14 (febrero de 2001).
José Mª Hernández Díaz, «Un exponente de la pedagogía española en el exilio: Herminio Almendros y la edición en Cuba», Revista de Educación, núm. 309 (1996), pp. 217-237.
Omar Felipe Mauri Sierra, «La isla de los niños», en Mª Teresa González de Garay y Juan Aguilera Sastre, eds., El exilio literario de 1939. Actas del congreso celebrado en la Universidad de la Rioja del 2 al 5 de noviembre de 1999. Pp. 451-458.
Héctor E. Paz Aguilar, «Herminio Almendros, maestro, pedagogo, escritor…», Invasor, 6 de diciembre de 2021.
Enrique Pérez Díaz, «El misterio de Había una vez…», Cubainformación, 20 de marzo de 2021.
Joel Franz Rosell, «La literatura cubana para niños y jóvenes: un inesperado fruto de la revolución», Revue l’Autre Amérique, 18 de enero de 2022.
Ferran Zurriaga, «Heminio Almendros, un maestro», Triunfo, Año XXIX, n. 637 (14 diciembre 1974), pp. 60-61.
Hola, més bibliografia sobre Almendros:
https://puv.uv.es/llibre/herminio-almendros-un-maestro-de-la-ii-republica.html
Hola, i moltes gràcies. No m’ha funcionat l’enllaç, que suposo que remet a aquest llibre: https://puv.uv.es/herminio-almendros-un-maestro-de-la-ii-republica.html