#BlackLivesMatter
Si a Charles F, Harris (1934-2015) se le tiene por un pionero en el sector editorial es por el hecho, quizás hasta cierto punto anecdótico, de haber sido el primer editor estadounidense de cierta notoriedad de origen afroamericano. Mientras trabajaba en Doubleday & Co., donde había entrado en 1956, diseñó y creó el sello Zenith Books con el propósito de captar la atención de los jóvenes lectores negros, en un momento en que la presencia de editores no blancos en el sector era casi inexistente por completo. En sus propias palabras, el objetivo era crear un sello «que hiciera libros para las minorías estadounidenses, dirigidos a un público amplio pero que pudieran emplearse como herramientas educativas». Se trataba de libros breves, de unas ciento cincuenta páginas, acompañadas de ilustraciones (también de artistas negros) y que tuvieron una aceptación mucho mayor que la esperada, en un sector de lectores al que las grandes compañías no tomaban en consideración.
Desde muy joven, Harris había sido ávido lector de prensa escrita, en buena medida debido a la insistencia de su padre (que en su juventud había sido repartidor de periódicos) en que se mantuviera informado de lo que aparecía en los periódicos que también él mismo repartía siendo un muchacho, y, tras licenciarse en la Universidad Estatal de Virginia, había pasado por las fuerzas armadas (de las que salió con el grado de teniente). De esa época data una anécdota que ya lo retrata: En cierta ocasión, entró con todos los hombres a su cargo en un restaurante que practicaba la discriminación racial, y cuando advirtió que estaban sirvierndo a todo el mundo menos a los negros, ordenó que nadie comiera ni se levantara de la mesa hasta que él tuviera un plato delante.
Curiosamente, o tal vez no tanto, quien le contrató como editor senior en la que entonces era una de las mayores editoriales estadounidenses (Doubleday) fue el corajudo editor Leonard Shatzkin (1920-2002), que anteriormente había sido jefe de producción en Viking y que en Doubleday, con una plantilla de cinco mil empleados, tenía que enfrentarse a menudo a los recelos y prejuicios antisemitas por ser uno de los escasísimos empleados de origen judío y el único en un puesto de responsabilidad.
El prometedor arranque de Zenith Books le dio enseguida a Charles Harris cierta notoriedad en el sector, y consiguió libros notables y accesibles a todo tipo de lectores de personajes negros tan diversos como el historiador John Hope Franklin (1915-2009), que se incorporó enseguida al equipo editor, el economista Robert Weaver (1907-1997), justo antes de que se convirtiera en primer secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano en la Administración de B. Lyndon Johnson, el historiador y activista Rayford Logan (1897-1982) o la estrella del fútbol americano, actor y activista Jim Brown (n. 1936). Ya con el libro inicial, Worth Fighting For (1965), de Agnes McCarthy y Lawrence Reddick, que recreaban la participación de combatientes negros en la guerra civil estadounidense (1861-1865), obtuvo Zenith Books un resonante éxito, y años más tarde Kevin Jarre se basaría en este estudio para escribir el guión de la película Tiempos de Gloria (1989), por la que el actor Denzel Washinton obtendría su primer Oscar.
Años más tarde, ya en los ochenta Charles Harris evocaba en una entrevista en The Times Books Review el tipo de resistencia a la que tenía que enfrentarse un editor como él en aquella época, cuando se le ocurrió proponer la publicación de la obra del escritor y orador Frederick Douglass (1818-1895), que en español recuperó la editorial Capitán Swing ya en el siglo XXI (Vida de un esclavo americano contada por él mismo, 2009) y una de cuyas citas convertidas en eslógan es la famosa «Sin lucha no hay progreso». Durante la mencionada reunión del consejo editorial en que se discutía el asunto, uno de los editores presentes argumentó que su abuela, una reconocida especialista en literatura estadounidense del siglo XIX, jamás había oído hablar de Douglass, ante lo que concluía Harris en su evocación:
Tenías que lidiar con este tipo de mentalidad a todas horas. La cuestión no era siquiera si debíamos o no reimprimir la obra de un escritor negro, sino si tenía algún sentido que una de las principales empresas del país basara su política editorial en lo que figuraba en las estanterías de la biblioteca de alguien.
Así pues, ese mismo año 1965 Harris dejó Doubleday para convertirse en director general de Portal Press, la división educativa de John Willey & Co., pero pese a su inveterado interés por la formación de los jóvenes no duró mucho tiempo en este puesto.
Poco después, en 1967, pasaba a Random House, donde puso en marcha el proyecto que consolidaría su prestigio y cuyo nombre ya era toda una declaración de intenciones, Amistad. Como es bien sabido, ese es el nombre de la goleta española que, durante un viaje con esclavos a bordo, en 1839 fue escenario de un motín de amplísima repercusión como detonante de los movimientos abolicionistas, y que inspiró tanto a escritores como David Pesci como a cineastas tales como Steven Spielberg.
Amistad, que pronto se convirtió en un sello, se concibió inicialmente como una extensa publicación periódica dedicada a los más diversos temas relacionados con la comunidad negra de Estados Unidos, y enseguida captó la atención de importantes círculos académicos a lo largo y ancho de todo el país, pues por primera vez alentaba y divulgaba temas que atañían a los estadounidenses negros tanto entre los estudiantes de instituto como entre los universitarios. Salieron apenas dos números, hoy míticos por la calidad de los colaboradores y sus exitosas carreras posteriores, pero el proyecto se reconvirtió en una colección de libros con el mismo espíritu. Por otra parte, con la extraordinariamente exitosa autobiografía de Muhammad Alí (Classius Clay, 1942-2016) coescrita con el periodista y activista Richard Durham (1917-1984) The Greatest. My Own History (1978), demostraría Harris ser capaz de idear libros tremendamente rentables. En la misma línea cabe situar los libros del tenista e historiador del deporte negro Arthur Ashe (1943-1993), quien en su etapa de mayor esplendor llegó al número 2 del ránking ATP. Aun así, Ashe vio como veintisiete editoriales rechazaban su enciclopédica historia de los atletas negros hasta que se topó con Harris, que la publicó en tres volúmenes con el muy apropiado título A Hard Road to Glory, hoy una obra de referencia en la materia.
Sin embargo, además de en los deportes, los intereses de Harris se centraban sobre todo en el campo de las humanidades entendidas en un sentido amplio, y fue incorporando al catálogo de Amistad estudios divulgativos pero rigurosos acerca de personajes tan notables como la antropóloga Zora Neale Hurston (1891-1960), el poeta adalid del Renacimiento de Harlem Langston Hugues (1902-1967) o la obra de referencia sobre la Premio Nobel de Literatura de 1993 Toni Morrison. Critical perspectives past and present (1994).
Paralelamente, en 1971 había fundado y dirigía en Washington la pionera Howard University Press, la editorial académica de una de las históricas instituciones de educación superior destinadas a la comunidad negra antes de la proclamación de la Ley de Derechos Civiles de 1964. Allí, además de ser responsable de la publicación de un centenar largo de títulos, encabezó Harris la creación en 1980 del Howard University Book Publishing Institute, un centro destinado a la formación de jóvenes negros como profesionales en el sector editorial.
Entre ese centenar de títulos suele destacarse por ejemplo A poetic equation (1974), que recoge una serie de conversaciones entre dos poetas de generaciones y trayectorias muy diferentes pero con inesperados puntos en común, Margaret Walker (1915-1998), una de las protagonistas principales del Renacimiento Negro de Chicago, y Nikki Giovanni (n. 1943), que por entonces tenía treinta y un años pero era ya una colaboradora habitual del programa televisivo Soul! y había empezado a popularizar su obra mediante la grabación de discos (¿audiolibros?). Semejante influencia tuvo ese mismo año la edición estadounidense de How Europe Underdeveloped Africa, en el que el entonces joven profesor Walter Rodney (1942-1980), natural de la Guayana, analizaba el proceso depredatorio llevado a cabo por el colonialismo europeo en el continente africano. Ya en 1980, tuvo también un enorme impacto la publicación de The Wayward and the Seeking, en el que el entonces ya eminente y prestigioso profesor Darwin T. Turner (1931-1991) antologaba en una edición crítica la obra hasta entonces dispersa del narrador y poeta del Renacimiento de Harlem Jean Toomer (1894-1967).
Al margen de la obra de escritores negros y sobre temas que afectaban directamente a su comunidad, es también muy notable la publicación en la Howard University Press de Aiiieeeee! (1974), una antología de literatura asiática encargada a los profesores Frank Chin, Jeffery Paul Chan, Lawson Fusao Inada y Shawn Wong, todos ellos miembros del Combined Asian American Resources Project (CARP). Al parecer, Harris tenía claro que todas las minorías debían alzar la voz para conseguir que se las oyera, y el caso es que con este volumen consiguió despertar en Estados Unidos un creciente interés por la literatura con raíces asiáticas, y en particular con las vinculadas a la cultura japonesa.
Sin embargo, en 1986 Harris abandonó finalmente este proyecto para reincorporarse a la edición comercial con la fundación, en asociación con Time Warner, de Amistad Press, que fue el primer gran sello editorial dedicado explícitamente a la historia y la cultura negra en Estados Unidos, aunque ello no menoscabara su voluntad de llegar a un público lo más amplio posible.
Llegado a los sesenta y cinco años, cuando parecía que le esperaba una tranquila jubilación, Charles Harris vendió el sello Amistad a HarperCollins, pero no para abandonar la batalla sino para añadir a sus cargos como vicepresidente y director editorial de Amistad el de editor ejecutivo en la división de libro generalista de HarperCollins. La elección de integrarse precisamente en HarperCollins, según contó el propio Harris, respondió a que en su catálogo se contaban ya autores como el abogado Lawrence Otis Grahamm, la activista por los derechos infantiles Marian Wright Edelmann o la ya mencionada antropóloga Zora Neale Hurston, y además la adquisición de los sellos William Morrow y Avon Books había permitido a HarperCollins añadir a estos otros, como el del periodista y empresario Tony Brown, el de la historiadora Paula Giddings o el del exmiembro de la Cámara de Representantes de Ohio Les Brown.
Con todo, cuatro años después Harris abandonó todos sus cargos en Harper Collins para lanzarse aún a una nueva aventura que en su nombre indicaba un cierto regreso a los orígenes, pero cuyos socios, sus hijos Charles y Francis, denotaban la voluntad de seguir mirando hacia delante, Alpha Zenith Media.
El lema de la editorial Amistad hace justicia a la trayectoria y el legado de su fundador: «libros que educan, entretienen y empoderan».
Fuentes:
Página web de la editorial Amistad.
Herb Boyd, «Pioneer black publisher and editor Charles F. Harris passed at 81», New York Amsterdam News, 31 de diciembre de 2015.
Ishmael Reed, «Charles F. Harris. He popularized Black History», CounterPunch, 20 de febrero de 2018.
Calvin Reid, «Obituary. Charles F. Harris», Publishers Weekly, 22 de diciembre de 2015.
Al Silverman, The Time of Their Lives: The Golden Age of Great American Book. Publishers, Their Editors and Authors, Nueva York, Open Road Media, 2016.
Bruce Weber, «Charles F. Harris, 81, dies; Led Effort to Publish Work By Black Writers», New York Times, 22 de diciembre de 2015.