¿Cuántos proyectos editoriales no se habrán gestado en un bar? Lo curioso y meritorio es que algunos de ellos incluso llegaron a hacerse realidad, como es el caso de la editorial feminista LaSal Edicions de les Dones.
Aunque registrada oficialmente en 1978, los orígenes de esta iniciativa editorial se remontan al 6 de julio de 1977, cuando en el número 8 de la barcelonesa calle Riereta (en el barrio del Raval) abre las puertas un peculiar establecimiento gestionado por mujeres y que Katia Almerini —que lo contextualiza con una ajustada panorámica del feminismo barcelonés inmediatamente posterior a la muerte del dictador—, ha descrito como «una experiencia híbrida a medio camino entre el bar, el centro cultural y el espacio de reflexión feminista». Teatro (el Teatrí de les Dones), performances, pases de cine (Boy meets Girl, de Eugènia Balcells), conciertos y recitales (Txiky con Anna Subirana y Teresa, la Titi, el grupo La Traca) y exposiciones de arte pictórico fueron la sal de unos tiempos un poco sosos que no tardarían en amenizar también, en una onda parecida, la Tribuna Feminista de la editorial Debate.
Apenas había transcurrido un año desde su inauguración cuando la activista Mari Chordá, Mariló Fernández, Isabel Martínez y la luego importante agente literaria Isabel Monteagudo se rascaron el bolsillo y un poco más allá para poder abrir casi justo enfrente (en Riereta, 13) una librería y editorial, LaSal Edicions de les Dones, un proyecto al que una vez empezó a andar se unieron la poeta mallorquina Maria Bauçà, Mª José Quevedo, Carme Cases, la poetisa Montserrat Abelló (1918-2014), la escritora y traductora catalana nacida en Chile Mireia Bofill, Mercè Fernàndez, Isabel Segura y Goya Vivas.
Los propósitos y ambiciones quedaron claramente establecidos en lo que puede considerarse poco menos que un manifiesto fundacional:
Somos una editorial feminista: LaSal Edicions de les Dones. Publicaremos libros escritos por mujeres que sean expresión de las mujeres. En este sentido, queremos recuperar textos de autoras ya reconocidas por otras publicaciones, pero olvidadas en su creación literaria más íntima. También iremos sacando a la luz, en la medida en que lleguen a nuestras manos, los textos de tantas mujeres que se expresan silenciosamente, sin posibilidades de ser conocidas y leídas. Sacaremos novela, ensayo, actualidad, testimonio, cuento, poesía, libros gráficos, y mantendremos una periodicidad de publicación.
En buena medida gracias al éxito de la Agenda de les Dones, que empezó a publicarse ese mismo año 1978 (y lo hizo hasta 1990, con una segunda etapa entre 1996 y 2009), añadido al apoyo y las colaboraciones desinteresadas, se pudo dar continuidad a la iniciativa. Uno de los primeros libros publicados fue La bolchevique enamorada, de la activista marxista Aleksandra Kolontái (1872-1952), una edición de 170 páginas encuadernada en rústica de la traducción firmada por Vasilisa Malyguina publicada en 1928 por Ediciones Oriente (y reeditada en laSal por lo menos en dos ocasiones), a la que siguió el libro de artista Quadern del cos i l’aigua, con poemas de Mari Chordá e ilustraciones de la pionera del cómic español Montse Clavé (que ese mismo año había ilustrado el Cuaderno feminista. Introducción al self-help, de Leonor Taboada, publicado por Fontanella).
De 1979 es el ensayo de la periodista alemana y directora de la revista Emma Alice Schwarcer La pequeña diferencia y sus grandes consecuencias. Las mujeres hablan de sí mismas. Comienzo de una liberación y la novela Pan de boda, de Nuria Amat, y del año siguiente el poemario con el que Rosa Fabregat había ganado el Premio Vila de Martorell 1978, Estelles, así como Poemas encintos, de Carmen Ruiz y una traducción de Mari Chordá de La Celina, de la escritora, periodista y acrtiz feminista (e hija de un brigadista internacional) Christianne Rochefort (1917-1998).
Se creó enseguida un sistema de suscripción, de poco más de mil pesetas, que se reembolsaba con libros, y eso aseguró además la continuidad de las ediciones, que se distribuían en varios apartados o colecciones: la muy popular Agenda, Poesía, Narrativa, Ensayo, Cuadernos Inacabados y una interesantísima colección de Clàssiques Catalanes, dirigida por Isabel Segura, en la que aparecieron, entre otros títulos (hasta un total de catorce), L’Abisme/L’Huracà (1983), de Carme Monturiol i Puig (1892-1966); La infanticida i altres textos (1984), de Victor Català (Caterina Albert, 1869-1966); Del mon (1983), de Dolors Monserdà de Macià (1845-1919); Cartes a l’Anna Murià, 1939-1956 (1985), de Mercè Rodoreda (1908-1983); Contraclaror. Antologia poètica (1985), de Clementina Arderiu (1889-1976), seleccionada y precedida de un prólogo de Maria Mercè Marçal (1952-1998); Contes (1985), de Rosa Leveroni (1910-1985), con una introducción de Helena Valentí (1940-1990); Les aigües roges (1986), de Maria Teresa Vernet (1907-1974), con introducción de Maria Campillo; Paradisos oceànics (1988), de Aurora Bertrana (1892-1974), con prólogo de Maria Aurèlia Capmany (1918-1991)…
A partir de principios de los años ochenta, otra colección muy combativa fueron los Cuadernos Inacabados, en los que se publicó El no de las niñas. Feminario antropológico (1981), de Martha I[sabel] Moia —a quien sin duda recordarán los lectores de los diarios de Alejandra Pizarnik—, y, bastante más adelante, El arquetipo viril protagonista de la historia: ejercicio de lectora no androcénrica, de Amparo Moreno. Esta peculiar colección no tardó en encontrar quien le diera continuidad, la editorial madrileña Horas y Horas (otra interesante iniciativa del grupo de trabajo de la Librería de Mujeres, Lola Pérez López, Elena Lasheras Pérez y Ana Domínguez Loschi, creada con el arranque de la década de 1990).
A mediados de los años ochenta, tanto la editorial como la librería se trasladaron a una zona más céntrica, en la calle València (al número 226), y en 1988, coincidiendo con la primera década de LaSal, cuando las libreras feministas se encontraban en un proceso de asociación que cristalizó en la Asociación de Librerías de Mujeres, a ojos del común de los lectores tuvieron visibilidad con la convocatoria del Primer Premio de Narrativa de Mujeres Una Palabra Otra, en cuya primera edición un jurado formado por Maria José Obiols, Dolors Ollé, Soledad Puértolas y Elena Soriano, otorgaron el galardón a Carmen Gómez Ojeda por La novela que Marien no terminó, que se le entregó en un acto presidido por Rosa Montero y cuya publicación recayó en LaSal. En las siguientes convocatorias fueron premiadas Teresa Pámies (por Cómo nos fregaron, Dora, en 1989), publicada también por LaSal, y Elisabeth Bertran (por Nadie sabe, en 1990).
Otro ejemplo de la colaboración entre colectivos feministas en esos años es la edición de 1789-1793. La voz de las mujeres en la Revolución Francesa. Cuadernos de quejas y otros textos, con una introducción de Isabel Alonso y Mila Belinchón y un prólogo de Paule Maie-Duhet, traducido por Antònia Pallach i Estela, que se publicó gracias a la cooperación entre LaSal, el Institut Valencià de la Dona y las Éditions des Femmes Antoinette Fouque.
Sin embargo, con el inicio de la década de los noventa, tanto la librería como la editorial tuvieron que echar el cierra —por razones de insostenibilidad económica, como no podía ser de otra manera— si bien hay quienes interpretan el nacimiento poco después de la Llibreria Pròleg (que abrió el 22 de mayo de 1991 en la calle Sant Pere Més Alt, 46) como la continuidad natural del espacio que ocupaba laSal, entre otras cosas porque entre el colectivo de jóvenes feministas que la pusieron en marcha se cuenta Núria Monrós (hija de Àngels Grases, muy vinculada en su momento al grupo de laSal).
Fuentes:
AA.VV., «Racons i raconets: laSal, bar-biblioteca feminista», Ca La Dona, núm. 53 (junio de 206), pp. 20-21.
Katia Almerini, «La Sal, bar-biblioteca feminista en Barcelona. Empoderamiento femenino y cultura visual», Boletín de Arte (Departamento de Historia del Arte, Universidad de Málaga), núm. 35 (2014), pp. 83- 100.
Centre de Documentació de Ca La Dona, Dossier Els llibres de laSal i les nostres lectures, 9 de abril de 2014.
Rosa María Piñol, «Cierra laSal, única editorial feminista que existía en España», La Vanguardia, 10 de marzo de 1990, p.
Benvolgut, Pròleg ja era al carrer Sant Pere més Alt el 1991? Potser n’hi havia dues…. Jo la recordo al carreró que va de la placeta de Sant Just al carrer Jaume I. Tenia un altell on s’hi feien presentacions. Ho dic per si de cas… Cuida’t molt
Francesc
Cert, i gràcies per la precisió: Es va inaugurar el mateix 1991 allà on dius, concretament al carrer Dagueria, 13. Ben vist.
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