Entre el 23 de noviembre y el 7 de diciembre de 1937, en plena guerra civil española, se celebró en la Sala Busquets de Barcelona una original muestra titulada la Exposició del Fred («La exposición del frío»), cuyo objetivo era recaudar fondos para comprar ropa de abrigo destinada a los combatientes en el frente. El catálogo de esta muestra es una reproducción en formato menor del muy popular semanario satírico L’Esquella de la Torratxa que se vendía al precio de una peseta, y las obras expuestas y a la venta «al precio de lo que os cuesta una barra de pan» eran seiscientas portadas a todo color de esta revista firmadas por Guasp, Tísner, Kalders i Nyerra, entre otros.
Nyerra era el nom de plume de Enric Cluselles (1914-2014), formado como dibujante en la Escola Massana y en La Llotja (la escuela más antigua de diseño gráfico en la península), si bien siempre se declaró sobre todo discípulo del insigne ilustrador Josep Obiols (1894-1967). En el ámbito profesional o semiprofesional, ya durante 1933 Cluselles había colaborado con Josep Janés i Olivé (1913-1959) en el Diario Mercantil y sobre todo en Avui. Diari de Catalunya, cuya cabecera había diseñado otro miembro de jóvenes escritores y grafistas que estaba cuajando en aquella época, Pere Calders (1912-1994). La firma de Nyerra podemos verla también en aquellos años y los posteriores en el periódico La Rambla o en la revista Papitu, y con más continuidad incluso en la coleccón de libros breves Quaderns Literaris creada en 1934 por Josep Janés, donde dos años más tarde se estrenaría como narrador Calders con El primer arlequí. También de 1934 es la edición del poemario de Janés, Tu. Poemes d’adolescència, que contiene siete xilografías acuareladas manualmente obra de Cluselles que, en palabras de Galderich, le definen como «uno de los xilógrafos de calidad de la hornada republicana», cuyo estilo se caracteriza por «unas líneas muy delgadas y juntas, que confieren a las masas de negro un toque aterciopelado muy característico». También por aquellos años se estrena Cluselles como creador de exlibrs, una faceta en la que destacó y que cultivó a lo largo de toda su vida.

Interior del libro que muestra la evolución de un boceto hasta su realización final como cubierta de los Quaderns Literaris.
En cuanto estalló la guerra civil de 1936-1939, Cluselles, integrado en el Sindicat de Dibuixants Professionals, prosigue la colaboración tanto con Janés como con Calders, además de publicar en La Rambla y en L’Esquella de la Torratxa (donde popularizó su hombre-foca) y de dedicarse ocasionalmente al cartelismo de guerra. Nyerra es uno de los dibujantes que participan en la revista destinada a los soldados Amic, que, como responsable de los Serveis de Cultura al Front, encabezaba Janés casi en solitario. Fruto en buena medida de las piezas que se habían publicado en la revista es otro libro ilustrado por Cluselles, la antología Poesia de Guerra (1938), que recoge obra de veinticuatro poetas de generaciones muy diversas, entre los cuales Ramon Vinyes (1882-1952), Cèsar August Jordana (1893-1958), Agustí Bartra (1908-1982), Pere Quart (Joan Oliver, 1899-1986) o Josep Pedreira (1917-2003), que más adelante se formaría como editor al lado de Janés hasta que creó sus Llibres de l’Óssa Menor, colección dedicada a la poesía en catalán.
Para Calders ilustra Cluselles con grabados una de las ediciones más famosas publicadas en Cataluña durante la guerra civil, la primera de Unitats de xoc (1938), que incorpora una nota introductoria de Carles Riba (1893-1959), y si él era la persona idónea es porque había compartido con el genial narrador la experiencia de la que surge el texto. También compartieron Calders y Cluselles la experiencia del exilio en Francia en cuanto acabó la guerra, formando parte del célebre grupo conocido como de Roissy-en-Brie, y allí se casó Cluselles con Amàlia Casals (hermana de la esposa de Carlders, Mercè Casals), pero así como su nuevo cuñado se marchó a México, Cluselles regresó a Barcelona para intentar, después de una temporada en prisión, reanudar su actividad como ilustrador. Así lo contó él mismo:
Fui a parar enseguida al castillo de Figueres. Allí no estuve mucho tiempo porque alegué que tenía una estenosis mitral y entonces me mandaron a Barcelona, a la calle Tallers, donde había un hospital militar. Luego, continuando con la lesión que yo decía padecer, me hicieron ir a Madrid a examinarme. Allí me dieron por inútil total y ya me dejaron en paz.
Es muy probable que la primera publicación de postguerra de Cluselles en Barcelona sea la cubierta del libro La túnica sin costura, de Maurice Baring, que apareció en 1940 en la colección Rosa de Piedra de la editorial Emporion (a cuyo frente estaban Josep Janés y Félix Ros), y no parece haber constancia de que no sea la única obra que firmó como Torres de Vera. Las cubiertas de la colección Grano de Arena (1941-1942) y las cubiertas, frontispicios y de decoraciones interiores para libros de la colección Cristal (1941-1942), ambas también de Janés, las firma ya como E. Cluselles.
A partir de ese momento encadenó trabajos para colecciones muy diversas de Janés (Al Monigote de Papel y La Hostería del Buen Humor, en particular), pero también de la Libreria-editorial Argos, de Éxito (filial del grupo estadounidense Gorlier) e incluso es el responsable de la muy conocida hoja de roble que se convirtió en algo más que el logo de la Editorial Selecta de Josep M. Cruzet (para la cual ilustró también cubiertas y la edición de Mort de dama de Llorenç de Villalonga [1897-1980], ya en 1954).
Una vertiente que en su resumido relato no registra Guillamon en el bello librito que le dedicó, Ninots i llibres, es por ejemplo otra iniciativa humorística, en la que confluye también la bibliofilia, el único número que se publicó de Arlequín. Revista humorística para bibliófilos (marzo de 1946), una iniciativa de las Publicaciones Mons Floris, creadas por el dibujante Joan D´Ivori (Joan Vila Pujol, 1890-1947) y que él mismo dirigió entre 1944 y 1946. Arlequín, por su parte, la dirigían los hijos de Joan D´Ivori Francesc Vila i Rufàs (1927-2006), que más adelante se haría muy célebre como dibujante bajo la firma Cesc, y Jordi Vila i Rufàs, y en este único número, junto a diversos seudónimos (Ciudadano Equis, Pedro Dearán, Tisana), aparecen textos de Joaquim Muntañola (1914-2012), que por aquellos años era una de las estrellas de Bruguera, y Noel Clarasó (1899-1985), así como cuatro litografías de Cesc e ilustraciones de Ismael Balanyà (1921-2000), Antoni Roca i Maristany (1895-1977), Joan D´Ivori y Francesc Fontanals (1900-1968), y un aguafuerte de Cluselles. De ese número de Arlequín, apenas treinta páginas salidas de la Imprenta Rubiralta, se hizo una edición de 235 ejemplares, 175 de ellos sobre papel de hilo y numerados.
Y aun podría añadirse en el ámbito de la bibliofilia la edición en el año 2002 de Vint contes, de Calders, una edición de la Associació de Bibliòfils de Barcelona a la que acompaña una introducción del escritor y crítico literario Joan Triadú (1921-2010), ilustrada con capitulares y viñetas xilografiadas de Cluselles, en una edición no venal de doscientos ejemplares (numerados y nominales) que se presentaba en carpeta y caja.
Al margen de su obra bibliográfica, de los numerosísimos exlibris, de les tarjetas navideñas de bibliófilo y de una anecdótica vuelta al dibujo humorístico con la creación del personaje Hirsuto (del cual aparecieron una cincuentena de viñetas en la revista de la Perfumeria Juper) o de colaboraciones en Mundo Deportivo o La Pansa, en este larga tercera etapa de su vida, Cluselles se dedicó también a la docencia, al diseño de logos y al diseño de interiores, faceta de la que dan testimonio los 3.500 planos conservados en la Biblioteca de Catalunya.
Al igual que Josep M. Mallol Suazo (1910-1986), Joan Palet (1911-1996), Ricard Giralt-Miracle (1911-1994), Manuel Ricart Serra (1913-2014) y tantos otros, Enric Cluselles pertenece a una brillante generación de ilustradores vinculados al libro surgida de la Llotja que si actualmente no es más reconocida y valorada es sobre todo como consecuencia de la guerra civil española (y sobre todo de su resultado).
A partir sobre todo de la reproducción –excelente– de fotografías, diseños de logos editoriales y bocetos de cubiertas de libros, en Enric Cluselles, ninots i llibres, Julià Guillamon recrea las diversas etapas de la vida y la obra del artista, y tiene la virtud de despertar la curiosidad y el interés por un dibujante entrañable, muy polifacético y aun así capaz de dejar su huella en todo lo que hacía.
Julià Guillamon, Enric Cluselles. Ninots i llibres, diseño de Ángel Uzkiano, Barcelona, Barcino, 2015.
Nota: Este texto es una ampliación y desarrollo de uno anterior publicado en catalán en Núvol. Diari digital de cultura, aparecido el 1 de noviembre de 2015.
Fuentes adicionales:
Anónimo, «Nyerra» en Humoristán. Museo Digital de Humor Gráfico.
Galderich, «Tu, poemes d´adolescència», Picolabis & Librorum, 2 de octubre de 2013.
Julià Guillamon, «Enric Cluselles», en El dia revolt. Literatura catalana de l´exili, Editorial Empúries, 2008, pp. 26-35.
Julià Guillamon,«Un as de l´humor gràfic. Enric Cluselles, ninots i llibres», Cultura|s La Vanguardia, 23 de abril de 2016, pp. 58-61.
Roser Pintó Fàbregas, «En Nyerra, l´home foca», Blog de la Biblioteca de Catalunya, 3 de septiembre de 2013.
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