A Isabel Obiols, que tiene muy buenas ideas.
Josep Obiols (1894-1967) ha pasado a la historia como el gran muralista, dibujante y grabador surgido en la estela del Noucentisme catalán, y aunque su amplia obra como autor de ex libris ha sido objeto de una monografía (Pilar Vélez, Els ex libris de Josep Obiols, Victor Oliva, 1992), su vertiente como ilustrador de libros, pese a la bibliografía que ha generado, sigue siendo una de sus facetas menos conocidas, más allá de la creación de algunos logos muy populares y singularmente el de la Bibioteca a Tot Vent (1928) de Edicions Proa.

Josep Obiols.
Sin embargo, del mismo año que ese famoso logo son, por poner algunos ejemplos importantes, el excelente dibujo a color para Narciso, de Max Aub (24 x 17, 124 pp), la xilografía de portada de Pels camins del món, de Mateu Janés i Duran (23 x 18, 84 pp.),o los grabados al boj de Meditacions i jaculatòries (23 x 18, 84 pp.), de Josep M. López-Pico (un autor para el que realizaría diversos trabajos), todos ellos surgidos de la célebre Imprenta Altés (carrer dels Àngels, 20, de Barcelona; un pequeño local dotado con una envejecida máquina Marioni para imprimir en plano y una linotipia, a la que más tarde se añadiría una segunda, y que dependía de la pericia de los trabjadores).
Y aún del mismo 1928 son la cabecera y algunas ilustraciones para una asombrosa revista semanal infantil de muy corta vida (febrero-agosto), Jordi, impulsada por Antoni Rovira i Virgili (1892-1949) y dirigida por el versátil poeta, prosista, traductor, periodista, dibujante y asesor literario de cine Melcior Font (1905-1959), en cuya redacción coincidieron grandes nombres de la época: Lola Anglada, Apa (Feliu Elias), Carles Capdevila, Clovis Eimeric (Lluís Almerich), Cèsar August Jordana, Armand Obiols, Carles Riba… Varios de ellos coincidirían años más tarde, en circunstancias muy distintas, en los siete volúmenes publicados de la colección Biblioteca Infantívola (Comissariat de Propaganda de la Generalitat, 1937).

Portada del número de abril de Jordi.
De 1923 es otra de las ediciones míticas, la primera de El poema de la rosa als llavis, de Joan Salvat Papasseit, publicada por la Llibreria Nacional Catalana y de la que Obiols es autor del frontispicio, y del año siguiente la edición de cuentos de Carles Riba L´ingenu amor (Catalana), con cuatro láminas de Obiols. Y de 1925 la edición póstuma de otra obra de Salvat Papasseit, Ossa Menor: fi dels poemes d´avantguarda. O de 1926 la portada de Paisatges i lectures (1926), de Tomàs Garcés, en la edición de la Llibreria Catalònia de Antoni López Llausàs…
Compañero de escuela de quien llegaría a ser gran poeta catalán J.V. Foix (1893-1987) y discípulo del pintor de origen uruguayo Joaquim Torres García (1874-1949) desde los quince años, Josep Obiols fue uno de los principales impulsores de la efímera Agrupació Courbet, que aglutinó a quienes reivincaban al pintor francés como modelo para renovar el Noucentisme (Josep Llorens i Artigas, Josep Francesc Ràfols, Enric C. Ricart, Joan Miró, Olga Scharoff, Francesc Domingo) y por esas mismas fechas se convierte en asiduo a las tertulias organizadas alrededor de la muy exquisita publicación La Revista (1915-1936), que dirigía el poeta Josep M. López Picó (1886-1959) y que desde su séptimo número (enero de 1916) adoptó como costumbre publicar en la portada un grabado, que se convirtió en logo tanto de la revista como de sus publicaciones en forma de volumen en las Publicacions de La Revista. La repercusión y prestigio de estas ediciones, entre cuyos colaboradores habituales se contaban Carles Riba, Foix, Farran i Mayoral, Alexandre Plana y Agustí Esclassans, entre otros, situó sin duda a Obiols en un lugar de privilegio entre los muchos ilustradores de libros que por aquellos años estaban haciéndose un nombre en la industria editorial catalana.
En la década de los veinte, además del muy conocido cartel de la Associació Protectora de l´Ensenyança Catalana (1921), como se ha consignado ya, lleva a cabo algunos trabajos editoriales importantes tanto desde el punto de vista estético como desde el histórico, y en la década siguiente, entre otras cosas, es autor de la portada y las ilustraciones interiores a boj de un libro muy divulgado en su tiempo y del que por tanto aún se encuentran con facilidad ejemplares, el Goethe, 1932-1932 que publicó la Generalitat de Catalunya, y poco después establece contacto con un muy joven Josep Janés i Olivé (1913-1959), para cuyos Quaderns Literaris dibujó dos portadas: las de Farizada, la del somriure de rosa. Interpretacions de Les mil y una nits, de López-Picó (volumen 10), y la de L´esguard al mirall, de Miquel Llor (volumen 32). Esa relación, quizás establecida a través de Clovis Eimeric, tendría continuidad en las ilustraciones aparecidas en el tercer número de la excelente revista Rosa dels Vents, que salió a la calle el mismo mes en que estallaba la devastadora guerra civil española.
Durante el período bélico, uno de sus trabajos más curiosos y poco conocido fue el diseño del papel moneda que la Conselleria d´Economia i Finances puso en circulación, pero sin duda las más famosas de sus ilustraciones, al margen de algunos carteles ampliamente reproducidos, son las publicadas en la cuatrilingüe Auca del noi català, antifexista i humà (Comisariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya, Imprenta de Joan Sallent, 1937) que durante la polémica suscitada por el ministro de Educación José Ignacio Wert y su deseo de “españolizar” a los niños catalanes volvieron a ser profusamente difundidas y de la que puede verse una muestra explicativa de Lorena Moya Casterá aquí. Ese mismo año 1937 su buen amigo el editor Joan Merli le incluye en su famoso libro 33 pintors catalans (Comissariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya, 1937) que, en palabras de Maria Lluïsa Borràs, “definía las bases de un estilo de pintura figurativa de base noucentista”. Más controvertida es la posible contribución de Obiols a la revista Nova Iberia (1937), en cuyas páginas no firma obra pero hay alguna que podría atribuírsele, del mismo modo que se le han atribuido otros carteles sin firma que cuya autoría resulta dudosa.
Cartel del Sindicato Único del Transporte Urbano (CNT-FAI-AIT), sin firma, atribuido a Obiols en guerracivil.org: .
Al término de la guerra, y como era de suponer al decidir quedarse en Barcelona, se le prohibió seguir desarrollando su actividad docente (que continuó sin embargo en la clandestinidad), por lo que, de haberlos, sus trabajos editoriales probablemente aparecieran con seudónimo. La llegada del rico fondo de Josep Obiols a la Biblioteca de Catalunya en julio de 2015, debiera servir para arrojar luz sobre la obra de uno de los profesionales del libro más populares en las primeras décadas del siglo XX y al que, quizá de un modo mecánico y poco riguroso, a menudo se lo encajona como «noucentista» .
Fuentes:
Web dedicada a Josep Obiols (contiene una amplia biografía, imágenes y enlaces).

Àmfora, de Ventura Gassol (Altés, 1917).
Web de Arca en la que pueden verse la digitalización de algunas de las publicaciones periódicas mencionadas en esta entrada (La Revista, Jordi, Nova Iberia…).
Descripción del muy impresionante legado Josep Obiols que se conserva en la Biblioteca de Catalunya (exlibris, carpetas de bocetos, epistolario…).
Maria Lluïsa Borras, “El canon de la pintura figurativa catalana”, La Vanguardia, 18 de mayo de 2001, pp. 8-9.
Galderich, «Nova Iberia (1937), l´estètica de la propaganda política«, en Piscolabis&Librorum, julio de 2011.
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