Alfonso López Camacho, un librero del exilio republicano español

Entre las muchísimas biografías que Enric Gil Meseguer rescata del olvido en No en van tornar –por lo demás, libro ejemplar de reconstrucción histórica del exilio que combina como pocos la amenidad  periodística y el rigor académico– la de Alfonso López Camacho (1908-1986) descubre aspectos muy interesantes acerca de quien llegaría a ocupar una innegable trascendencia como animador cultural en Tijuana (México).

Cubierta de No en van tornar (2014), de Enric Gil Meseguer.

El asombroso conocimiento que Gil Meseguer tiene de la historia de L´Hospitalet de Llobregat le permite iniciar su recorrido incluso antes de su llegada a esta ciudad, pues López Camacho nació en Lucainena de las Torres (Almería) y tuvo un paso fugaz por el seminario antes de llegar a la ciudad catalana.

Atraído inicialmente por el anarquismo catalán por entonces en auge, López Camacho en los años treinta del siglo XX militó en el sindicato socialista UGT (Unión General de los Trabajadores), vinculado a, en cuya representación fue consejero en el Ayumtamiento de L´Hospitalet, y en el recién creado PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya). Gil Meseguer sitúa en la primavera de 1938 su incorporación al ejército republicano y apunta su posible intervención en la batalla del Ebro (25 de julio-16 de noviembre de 1938) con el grado de capitán.

Al término de la guerra civil, paso inicialmente como preso por el castillo de Colliure y posteriormente (mayo de 1939) por el campo de Vernet. Allí se pierde su rastro hasta que reaparece en la República Dominicana, pero un exhaustivo y minucioso rastreo de movimientos de barcos permite al autor aventurar que viajó en el La Salle o bien en diciembre de 1939 o en febrero de 1940 y que trabajó inicialmente como agricultor en la colonia Pedro Sánchez hasta que en 1945 se traslada a México, país donde llevaría a cabo su trascendental labor de difusión cultural y promoción del libro.

En la capital de ese país se forma como contable y se traslada a Tijuana, donde trabaja en la administración de las bodegas de Luis Cetto hasta que, en compañía de su segunda esposa –la primera seguía en España, con los hijos de ambos– crea un restaurante. No en van tornar recoge el testimonio que ha dejado su hijo Vladimir  acerca del cambio de rumbo definitivo en la vida de López Camacho:

[En mayo de 1963] toma la trascendente decisión de cambiar la provisión de nutrir el cuerpo por el de alimentar el intelecto, más acorde con sus sueños redentores […] Abre una librería con el claro y firme deseo de influir en la trasformación política y cultural de su entorno social. Buena prueba de ello es la creación paralela de una librería móvil que con el romántico nombre de Cultura y Vida, se proponía llevar los libros a las colonias de la periferia de Tijuana en una misión a la que no dudo en calificar de apostolado.

Imagen histórica del primer emplazamiento de El Día.

Así es como nace una librería de referencia no sólo en Tijuana (donde fue la primera en vender única y exclusivamente libros) sino incluso en toda la zona de la Baja California, el Servicio Bibliográfico El Día. Vocero del Pueblo Mexicano, donde se podían encontrar los libros de las más importantes editoriales del país (Siglo XXI, Fondo de Cultura Económica, Joaquín Mortiz, UNAM) junto a libros importados de España, China (Guozi Zhudian) y la Unión Soviética (Mir, Editorial Progreso), caracterizados en esos años iniciales por el sesgo político abierto pero esperable en un exiliado republicano español.

Esto y la eficaz propagación entre los entendidos propicia que El Día, situada en la conocida como Zona Centro, se convierta en lugar de peregrinación entre los estudiantes de las universidades californianas y de los buscadores de rarezas bibliográficas y en una auténtica sorpresa para el viajero o turista original, como pone de manifiesto Juan Goytisolo en Reivindicación del conde don Julián:

Había recorrido durante horas las calles rectilíneas de una aglomeración interminable compuesta de cantinas, reñideros de gallos, frontones de Jai-alai, espectáculos de top y bottomless, bailes de taxi girls, agencias de divorcio y evasión fiscal en medio de buscavidas, prostitutas, mariachis y rubias teñidas de la sociedad de San Diego y Los Ángeles disfrazadas con peineta y mantilla para asistir a la corrida de El Cordobés, y di de pronto con una auténtica librería marxista-leninista abarrotada de obras de Mao, Castro y El Che. Entré en ella —la puerta estaba abierta, no había nadie— y mientras intentaba hacerme una difícil composición del lugar, irrumpió un personaje sanguíneo, como en Les parapluies de Cherbourg, cantando alegremente en catalán. Instantes después, sin darme tiempo de reponerme del choque, se asomaron dos chiquitas mestizas de largas trenzas y cantarín acento para preguntar al dueño de aquel disparate si tenían estampitas de Mesopotamia”,

Alfonso López Camacho.

También Manuel Vázquez Montalbán dejó un espléndido testimonio de su paso por la librería de López Camacho, cuando ésta la regentaba ya su hijo:

Terminaban los años sesenta y el todavía joven hijo de un coronel republicano español asilado en Tijuana, cambió de país y de vida y ahora estaba dándome la bienvenida y resumiendo los tics de conducta que había conservado del pasado: cada año hacía un viaje a Barcelona para tomarse un cocktail en Can Boadas y ver un partido de fútbol del Barca. Recorrí su espléndidamente abastecida librería y allí estaban casi todos los libros que me habían hecho como era.

A los cinco años de abierta la librería (1968) se había incorporado como empleado su hijo Vladimir, que acababa de dejar su casa en España, y juntos dan un impulso a la empresa, que consigue una espectacular proyección cuando, sin ninguna ayuda oficial, organiza a partir de 1980 la Feria del Libro de Tijuana, uno de los grandes hitos de la viuda cultural de la zona que contó con el apoyo de José Agustín, entre otros autores. Vale la pena consignar el carácter pionero de esta iniciativa, pues tanto la FIL de la Universidad de Guadalajara como la Feria del Libro de Monterrey son siete años posteriores. López Camacho fue el gran difusor, promotor y agitador literario de Tijuana y alrededores, y el impulso que dio a la vida cultural de Baja California es aún hoy visible.

 

En 1983, abrió una sucursal en el bulevar Sánchez Taboada (Zona Río), más espaciosa y destinada a presentaciones y actos literarios de diversa índole, y en 1987, muerto ya Alfonso López Camacho, nacerá la tercera, El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha y otra en el Campus de la Universidad Autónoma de Baja California. En 2008, coincidiendo con el cierre de la libreía primigenia, empieza a tomar el relevo al frente de El Día la tercera generación.

Librero de referencia en una amplia zona fronteriza y descrito además por Gabriel Trujillo Muñoz como “promotor incansable de la literatura regional”, López Camacho falleció antes de poder ver cómo el año 2004 la Asociación Nacional del Libro de México galardonó a El Día con el Premio Amoxhua Huehuetzin (Gran Sacerdote que custodia los códices), el más importante del país destinado a libreros y editores, pero sin duda su huella ha sido muy profunda y es de desear que duradera.

Entrada a la Feria del Libro de Tijuana 2014.

Fuentes:

 

Lupita Castro Ayón, “El Día. Cincuenta años de traer cultura a Tijuana”,  Agencia Fronteriza de Noticias, 27 de octubre de 2013.

El escritor bajacaliforniano Gabriel Trujillo, quien como José Gallicot, José Agustín, Federico Campbell o Carlos Monsiváis se encuentra entre los clientes célebres de El Día.

Enric Gil Meseguer, No en van tornar. Exili i emigració dels hospitalencs a Amèrica (1937-1965), L´Hospitalet delLlobregat, Centre d´Estudis de L´Hospitalet (Recerques 6), 2014.

Enric Gil Meseguer, “Cita con nuestra historia alrededor de una mesa con mantel”, Portal personal del autor, 18 de abril de 2014.

Juan Goytisolo, Reivindicación del conde don Julián, Madrid, Alianza Editorial (Libro de Bolsillo), 1999,

Alfonso López Camacho, “Ustedes disculpen”, Identidad, suplemento de El mexicano, 3 de julio de 2011.

Vladimir López Camacho, “Librería El Día. Cincuenta aniversario”, El Mexicano. El Gran Diario Mexicano, 19 de mayo de 2013, pp. 6-7.

Redacción El Mexicano, “Alfonso López Camacho. Fanfarrias para un hombre no muy común”, El Mexicano. Gran Diario Regional, 15 de mayo de 2011.

Daniel Salinas Basabe, “Una librería marxista leninista en el corazón de Tijuana”, Milenio, 15 de junio de 2014.

 

 

 

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3 comentarios en “Alfonso López Camacho, un librero del exilio republicano español

  1. Hola,
    una entrada preciosa, y gracias por tus referencias a mi libro. Muy interesantes las citas de Goytisolo y Vázquez Montalban… Por cierto, veo que pones una foto de Gabriel Trujillo, y resulta que para celebrar su cincuenta aniversario, la librería El Día publicó en 2013 una obra de Trujillo, el estudio histórico «La falsa memoria» sobre la poco conocida revolución de Ricardo Flores Magón en la Baja California en 1911. Pasaré el enlace a Vladimir Alfonso, el hijo de Alfonso López Camacho, seguro que le gustará.

    Enric Gil

    • Gracias a ti, Enric, soy consciente de que tu libro merece mucho más y que esta es una entre muchísimas biografías que has reconstruido con un detalle asombroso. Y gracias además por la información adicional sobre Trujillo y por el envío del enlace!!

  2. Pingback: Exilio republicano español e industria editorial | negritasycursivas

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